El Govern trabaja en colaboración con los apicultores para recuperar la pureza de la abeja autóctona. | CAIB

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La Conselleria d’Agricultura, Pesca i Alimentació impulsará a partir de enero un programa de recuperación de la abeja autóctona de Baleares. El Institut de Recerca i Formació Agroalimentària de les Illes Balears (IRFAP) ha seleccionado con la colaboración de las distintas asociaciones de apicultores de Baleares varias reinas de la Apis Mellifera iberiensis.

La idea que persiguen Govern y apicultores es buscar la pureza genética de la abeja melífera local seleccionando reinas que reúnan «características deseables» como la alta productividad, la baja agresividad, un buen comportamiento sanitario y resistencia a las enfermedades. El objetivo es reproducir las reinas para ponerlas a disposición de los apicultores locales con la intención de mejorar así la productividad de las producciones apícolas de las Baleares.

«Tenemos la suerte de contar en Baleares con un tejido asociativo importante del sector y eso nos permite implementar trabajos de investigación en colaboración con las asociaciones. España forma parte de la Coalición Internacional Para la Conservación de los Polinizadores y hemos conseguido que Baleares entre en el programa», explica Georgina Brunet, gerente del IRFAP

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«Estamos preocupados por la hibridación que se ha producido por el cruce de la abeja autóctona con ejemplares procedentes de otros lugares. Los híbridos, no solo tienen una respuesta menos adecuada en cuestiones como la agresividad, sino que ponen en peligro la resistencia y pervivencia de la abeja local, que es la mejor adaptada. Es un fenómeno reciente y aún estamos a tiempo de revertirlo. Las poblaciones de abeja local son un bien genético a conservar y una fuente importante de biodiversidad», dice Brunet.

El proyecto de selección, cría e introducción de reinas de la abeja local tiene un presupuesto de 250.000 euros y una duración prevista de 4 años. «La diversidad genética observada en las cuatro Islas es suficiente para ejecutar un programa de conservación de las poblaciones de abejas locales», señala la gerente del IRFAP.

Aunque la apicultura pasa por momentos difíciles en Baleares debido al cambio climático, el número de explotaciones ha crecido notablemente. Entre 2011 y 2021 se pasó de 480 explotaciones registradas a 836. Se calcula que solo un 11,5 % de estas explotaciones son profesionales.