El doctor Sebastià Crespí, director científico de Bolínea, explica que el hallazgo se produjo en uno de los muestreos regulares que lleva a cabo la empresa. En el análisis del agua caliente de la ducha de un hospital mallorquín apareció una bacteria que les pareció que podría ser una especie nueva. Durante varios años permaneció congelada en un laboratorio hasta que se inició, en el año 2017, la colaboración con el grupo a través del profesor Antoni Bennàsar Figueras. «No todos los días se da el nombre de Mallorca a una especie nueva», señala Crespí.
El hallazgo se ha publicado recientemente en el International Journal of Systematic and Evolutionary Microbiology. Un poco más tarde de que se encontarar la muestra en el hospital mallorquín también se detectó presencia de la misma bacteria en un supermercado en la República Checa. Sebastià Crespí destaca que hasta ahora se ha analizado a fondo el ADN del organismo. «Se trata de conocerlo para saber cómo funciona. El siguiente paso es saber cómo interacciona con el medio ambiente, que puede ser en el aire o en un organismo», señala. Esa es la fase en la que se encuentran ahora para desvelar si se trata de un agente patógeno o no. «Yo me apunto a que sí lo será porque comparte muchos factores y componentes con la legionela original», indica. Esta bacteria, señala Crespí, provocó solo el año 2021 en España más de 1.700 infecciones y tiene un diez por ciento de mortalidad. «Es relativamente rara pero muy severa y potencialmente mortal».
La Legionella maioricensis forma parte de la misma rama que la original. «No hay evidencia hasta ahora de que esta nueva especie haya provocado infecciones en humanos aunque, al menos en teoría podría hacerlo», explica Bennàsar. Añade: «Hay que conocer al enemigo y saber que existe, aunque de momento parece que no nos creará problemas por resistencia a antibióticos». Hasta hace pocos años se creía que la legionela solo resistía en ambientes acuáticos, recuerda el profesor de la UIB. Sin embargo se ha encontrado otras especies que pueden vivir en otros ambientes, como una que reside en tierra y otra, aislada en un lago de la Antártida y que es la más cercana genéticamente a la mallorquina según los análisis de los investigadores. «Es un patógeno oportunista de preocupación para la salud y buena prueba de eso es que la legionelosis ocupa a un elevado número de profesionales de la salud pública y de sistemas de mantenimiento».
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La especie humana está sentenciada a desaparecer más tarde o más temprano, más rápida o lentamente por este orden: por cataclismo mundial, por las bacterias, por conflictos bélicos a gran escala y por último, (nada que ver con la noticia) por la tontería a nivel global. El último punto va en aumento de manera alarmante y existe riesgo de colocarse líder en la clasificación.