El presidente de Restauración Mallorca CAEB, Alfonso Robledo, ha manifestado «la importancia de que los establecimientos tengan información y sobre todo sepan actuar ante estas situaciones». Algunas de las medidas del protocolo son asegurar la disponibilidad de grabaciones de cámaras de vigilancia y la formación específica para el personal de seguridad y de control de accesos.
Los locales que se adhieran tendrán que disponer de información y señalética visible para los clientes en la que se muestre claramente las instrucciones a seguir ante una posible situación de acoso o agresión sexual. Otra de las medidas que deberá tomar el establecimiento será disponer de un espacio seguro en el que poder invitar a permanecer a la víctima de acoso o agresión sexual hasta que las autoridades o asistencias puedan atenderla adecuadamente.
Ante una posible agresión, siguiendo el protocolo, el personal deberá atender a la posible víctima, haciendo que la situación sea lo más discreta y cómoda posible. La trasladará a un espacio tranquilo, previamente determinado, en el que podrá esperar de manera segura la llegada de los servicios de policía y atención especializados. De manera simultánea, los empleados del establecimiento avisarán a la policía o a los servicios especializados para que la víctima sea atendida por ellos a la mayor brevedad, independientemente de que lo hubiera hecho también la propia víctima o alguno de sus acompañantes o testigos del acoso o agresión.
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