Los primeros pasajeros llegados a Palma el año pasado. con la conexión directa de United con Nuevsa York. | M. À. Cañellas

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El creciente protagonismo del turismo procedente de EEUU está reconfigurando parte de las prioridades del sector turístico local de cara a esta y próximas temporadas. El temor a una recesión de la economía europea -y especialmente de los principales mercados emisores, Alemania y Reino Unido- está alimentando el interés por protegerse de futuras tormentas espoleando uno de los mercados emergentes más prometedores para Baleares y para el conjunto de España.

Se trata de una línea de trabajo que cohabita sin problemas con las previsiones de otro verano récord en llegadas y gasto turístico, aunque sometidas a una incertidumbre perpetua por la situación geopolítica y el estado de las principales economías europeas. En el caso de Alemania, principal mercado para las Islas, distintos indicadores alertan de los riesgos que conllevan tanto la desaparición del ahorro embolsado durante la pandemia como su reciente entrada en recesión.

En su última evaluación, el Cercle d'Economia de Mallorca señalaba que estos factores podían lastrar el crecimiento económico balear. La economía alemana entró en recesión en el primer trimestre al sufrir una contracción del 0,3 % de su PIB. «Las fuertes subidas de precios también perjudicaron el consumo de los hogares alemanes, que cayó un 1,2 %». Una situación que puede tener sensibles efectos, advierte, sobre la principal industria balear. De hecho, toda la zona euro ha encadenado dos trimestres de contracción económica.

Eso implica la posibilidad de que no solo alemanes y británicos, sino también otros mercados como Francia, Italia o los países nórdicos, se decanten por destinos más baratos que el balear, que en el último año se encareció de manera significativa y que seguirá haciéndolo este año.

Para Fernando Gallardo, secretario de la Alianza Hotelera, todo ello hace del actual un escenario más proclive si cabe al crecimiento del turismo estadounidense en las Islas, que en 2022 ya se incrementó un 2 % con respecto a las cifras de 2019. Un mercado en clara tendencia ascendente que, sumado al canadiense, sumó 200.000 visitantes, muy lejos todavía de los 4,3 millones de alemanes que llegaron al Archipiélago. EEUU, de hecho, se situó como decimotercer mercado emisor el pasado año, aunque su actual evolución hace prever que en esta o próximas temporadas avance posiciones superando a países como Dinamarca, Suecia, Polonia o Bélgica.

«Se produjo una subida importante la pasada temporada y esta va a ser aún mayor», señala Gallardo para añadir que el crecimiento del mercado estadounidense será el más acusado, duplicando el del mercado francés, por ejemplo. El funcionamiento de las conexiones directas con Nueva York de United Airlines ya están dando muestra de ese aumento de la demanda: la aerolínea tiene programados hasta tres vuelos por semana. Iberia, por su parte, ha incrementado también sus conexiones con EEUU al haber sido designado como mercado estratégico para el sector turístico.

Desde las administraciones baleares, principalmente desde el Consell de Mallorca, ya se estuvo trabajando con determinación en esa línea el año pasado y, de la mano del sector privado, se estuvieron promocionando las Islas con programas específicos dirigidos a ese mercado

De esta manera, y a pesar del sold out virtual de plazas turísticas que espera a las Islas para este verano, aerolíneas y hoteleras buscan parapetarse con un seguro confiable como el estadounidense de cara a futuro. Máxime cuando se está tocando techo en cuanto a gasto turístico y la incertidumbre política y económica puede degenerar en cancelaciones de reservas. «Ya hemos vivido los happy twenties de esta década y ahora nos espera una época más bien de contención del gasto turístico, aunque sea de manera algo suave», señala Gallardo.

En ese orden de cosas, EEUU irrumpe como la alternativa obvia, ya que se trata de un visitante de alto poder adquisitivo llamado a compensar las limitaciones del maltrecho bolsillo europeo. Gallardo explica que se trata de un turista «con dinero y ganas de gastarlo», más interesado en la oferta cultural y de ocio más urbanita -y cara- que en la clásica oferta de sol y playa, dato ilustrado por su preferencia por los boutique hotels palmesanos de lujo.

Es más, Palma se erige como destino preferente para un perfil de turista más interesado en las ciudades (Madrid y Barcelona continúan siendo sus principales opciones en España) que en el litoral. En ese sentido, «el crecimiento turístico futuro de Baleares se ubica fundamentalmente en Palma», apunta Gallardo para aseverar que Ciutat «se ha convertido en un destino muy interesante para los estadounidenses».