Los dueños de una discoteca de Magaluf deberán indemnizar a un joven turista que perdió los dos ojos y quedó ciego tras un accidente en una fiesta de la pintura cuando tenía 18 años. La Audiencia Provincial de Palma ha resuelto una demanda interpuesta por el afectado y falla que deberá recibir más de 300.000 euros. La mitad la paga el seguro y el resto la discoteca. El joven reclamaba un millón de euros más por los daños sufridos pero el tribunal le reprocha que haya aportado pruebas insuficientes para respaldar su reclamación.
El afectado acudió a una fiesta en julio de 2018 en la discoteca, situada al inicio de Punta Ballena. En el evento, los empleados del establecimiento llevaban una especie de pistolas con las que disparaban pelotas de pintura a los asistentes. El afectado recibió un impacto en los ojos que provocó que le estallaran los dos globos oculares. Fue ingresado en Son Espases y operado en dos ocasiones. Sin embargo, perdió la visión de forma total.
Un juzgado de Primera Instancia de Palma le reconoció una indemnización solo por 3.000 euros. Sostenía esa sentencia que no estaba probada la ceguera. La Audiencia acepta el recurso del afectado y considera que el juzgador de instancia incurrió en una incongruencia: la discoteca no discutía en ningún momento que el joven estuviera ciego. «Si hubiera pretendido sostenerlo lo habría alegado expresamente en su contestación a la demanda». Argumentaba la discoteca, no obstante, que no era responsabilidad suya y planteaba que los daños podrían deberse a una caída accidental, tesis que los tribunales descartan.
La Audiencia asume compensar al afectado por la ceguera con 280.000 euros, a lo que suma otras cuantías por lesiones temporales y las intervenciones quirúrgicas que sufrió. Sin embargo, deja fuera las principales reclamaciones por pérdida de calidad de vida suya y de sus familiares al no aportar el afectado una pericial que cuantificara esos perjuicios de forma objetiva.
El apunte
El seguro aceptó pagar de forma inmediata al afectado
4 comentarios
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Hoy en día hay fiestas que sabiendo que son peligrosas nos cautivan.
Los ojos no tienen precio.
D'això fa 5 anys, saps . Si la "Justícia" és així de lenta, no és justícia.
O sea, para que nos enteremos, a un Tribunal español de segunda instancia no le queda claro que quedarse ciego con 18 años no lleva consigo una pérdida de calidad de vida fácilmente evaluable con un peritaje judicial. Pues nada, habrá que ir al Tribunal Supremo, a ver si allí son más diligentes en hacer correctamente su trabajo, que es impartir justicia acorde con el daño causado, tanto presente como futuro. La justicia no es ciega, tiene los ojos cerrados de la vergüenza.