Playa de Cala Marçal, en Portocolom, donde se observa la proliferación de algas. | Redacción Digital

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El GOB ha expresado su rechazo a la posibilidad de que se empleen bombas hidráulicas en las calas para hacer circular el agua y evitar la proliferación de algas que provoca que el mar adquiere un tono verdoso. Así se han posicionado en un comunicado en el que han advertido que el incremento de la temperatura del agua, la mala calidad, la falta de circulación y la existencia de nutrientes que provendrían de emisarios y vertidos, está detrás de la proliferación de algas que provoca que el cambio de color en el agua.

Ante la posibilidad de que algunos ayuntamientos puedan optar por esta medida, la entidad ecologista ha indicado que provocaría la dispersión de la consecuencia, es decir, introducir una energía más fuerte para intentar modificar la situación.

El GOB ha alertado de que se corre el riesgo de que se esparzan las algas y lleguen a otras calas con más facilidad. Además, también se producirá un aumento de la turbidez del agua, al removerse el sedimento, sin olvidar el impacto acústico que pueda tener.

En este contexto, los ecologistas han pedido a las administraciones que actúen sobre los verdaderos focos del problema y han reclamado que los ayuntamientos inicien una campaña para conseguir que todas las viviendas y edificios estén conectados a la red de alcantarillado o que cuenten con fosas sépticas regladas, para acabar con los vertidos no regularizados.

También han pedido que se invierta en la renovación del alcantarillado y que se separen líneas de recogida de agua de lluvia de las residuales. En esta línea, han exigido igualmente que se adecuen las depuradoras para obtener un aprovechamiento de las aguas depuradas en vez de liberarlas al mar, «a menudo con dudosas condiciones».