Sandra Gallina y Silvia Cazón durante el discurso de apertura de la Reunión de Alto Nivel celebrada en el Palacio de Congresos. | P. Pellicer

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En la actualidad el 20 % de los niños de 7 a 9 años tiene sobrepeso y un 12 % es obeso. De seguir así, «la tendencia para 2030 indica que podemos alcanzar el 18 % de la obesidad infantil si no actuamos ya». Son palabras de Sandra Gallina, la Directora General Europea de Salud y Seguridad Alimentaria en la inauguración de la Reunión de Alto Nivel sobre Obesidad Infantil, organizado por el Ministerio de Sanidad, que la Unión Europea mantiene estos días en el Palacio de Congresos de Palma, con la presencia de autoridades y expertos a nivel mundial.

Gallina ha aplaudido la iniciativa española al ser la primera vez que una presidencia europea propone este tema de debate. La experta ha explicado que había estudiado los planes españoles y «su hoja de ruta es ejemplar», ha dicho refiriéndose a los 200 acuerdos alcanzados en el marco el Plan Estratégico Nacional para reducir la Obesidad Infantil (2022-2030).

Y es que «en la Unión Europea sólo un 35 % de los niños toman fruta a diario y apenas el 25 % come verdura», ha señalado Sandra Gallina. Durante la inauguración del encuentro se ha explicado que «la obesidad se ha triplicado desde los años 80» convirtiéndose en la epidemia con mayores riesgos asociados del siglo XXI.

El 13 % de la mortalidad a nivel mundial está vinculada a esta patología que reduce diez años la esperanza de vida. En edades tempranas, además, «determina la salud mental porque los niños pueden sufrir acoso o depresión».

La Secretaria de Estado de Sanidad en España, Silvia Calzón, ha lamentado que ningún país será capaz de frenar el avance de la obesidad en 2025 y ha destacado la «complejidad» del debate. Los últimos datos de prevalencia, hadicho, son fruto de estudios preCOVID, lo que lleva a pensar que las cifras han seguido empeorando pues el mayor enemigo para atajar la obesidad y el sobrepeso es el sedentarismo o la inflación.

El 8 % de los presupuestos en Sanidad se ven consumidos por patologías vinculadas al sobrepeso pues produce alteraciones endocrinas, respiratorias, empeora la calidad de vida, la autoestima y en niños también el rendimiento académico. Tras el tabaco, es el principal factor de riesgo modificable.

Punto de vista

La alimentación, la principal clave

Comer de forma saludable, el ejercicio y la calidad del sueño son los factores más relevantes para prevenir la obesidad infantil. El problema está muy relacionado con la desigualdad económica en un colectivo especialmente vulnerable porque no depende de sí mismo.