Fueron más de una decena décadas atrás y se convirtieron en todo un fenómeno social durante la Transición y tras ella. La apertura que vivía España permitió que las salas de bingo crecieran exponencialmente por todo el país, y Palma no fue la excepción. Al contrario, pues hasta hace unos años eran más de una decena las que se repartían por diferentes localizaciones de la capital mallorquina. Pero el paso de los años y la aparición de los juegos y apuestas on-line, además de otros formatos, unido al envejecimiento del perfil de cliente se han sumado a otros aspectos como la pandemia para marcar el declive de este segmento del ocio.
SALAS DE JUEGO
Los últimos 'bingueros'
Rosales, Versalles y Menorca son las tres salas permanentes que ofertan este juego y todavía siguen abiertas en Palma
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5 comentarios
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PepEso es problema del ludópata, no del bingo, que entretiene a mucha gente que sabe disfrutar sanamente de su tiempo libre sabiendo hasta donde puede llegar. Tampoco podemos cerrar bares porque haya alcohólicos
PepY a Rocinante.Si se arruinan,es porque no se saben parar a tiempo o por enfermedad,es decir,ludopatía.Si no,no le veo el problema.
PepEstoy de acuerdo contigo Pep.La cantidad de familias que se han quedado en la ruina por los juegos de azar.Ni siquiera deberían existir las casas de apuestas y las tragaperras.
Rosales Disco Roller Boogie Center, durante algunos años se convirtió en pista de patinaje. Buenos guarrazos nos dábamos :-)
Es Bingos mai s'haurien d'haver permes. Molta gent s'hi va arruinar.