El departamento policial ha registrado en el último año un alud de citas para solicitar el asilo a pesar de que la «gran mayoría» no son perfiles potencialmente beneficiosos de esta protección internacional, según han asegurado las mismas fuentes a este diario. Esto explicaría el «colapso» que Extranjería de la Policía Nacional está teniendo y que ha hecho crecer tanto la lista de espera.
«Hay personas que hacen un uso perverso del sistema. Hemos detectado que lo que buscan con una cita de asilo es conseguir su arraigo, es decir, regular su situación, a pesar de que no son perfiles que puedan solicitar la protección. Esto provoca que aquellos que sí lo necesitan tarden demasiado tiempo en conseguir una cita», explican fuentes jurídicas que trabajan con la inmigración en Baleares.
E el último año, la Oficina de Asilo y Refugio (OAR) recibió más de 163.000 solicitudes de protección internacional, un 37 % más que en 2022 y la mayor cifra desde la creación de la oficina en 1992. Solo 54.686 peticiones han sido admitidas. Si nos fijamos en Baleares, los datos más recientes que ha facilitado el Ministerio del Interior es de 1.610 solicitudes de asilo registradas, una cifra que ha aumentado en los últimos años si lo comparamos con otras publicaciones anuales de la OAR.
Entre los perfiles de los solicitantes, los colombianos y los venezolanos representan más de la mitad de las peticiones. Preguntado a Interior sobre las solicitudes denegadas, este periódico no ha obtenido respuesta porque en el Ministerio no se establece una diferenciación específica atendiendo al lugar de presentación de la solicitud.
Sin embargo, se sabe que cualquier persona en situación irregular podría solicitar una cita previa en Policía Nacional de Baleares sin ningún problema. Un hecho que «preocupa» y que también justificaría esta demora gran demora, de las más altas de todo el Estado.
Este periódico ha podido conocer una realidades a través de fuentes jurídicas. Una de ella es una mujer de origen georgiana y su hijo menor. Llevaban un año en Mallorca esperando la ansiosa cita porque su caso sí que era de protección internacional. Finalmente, acudieron a la cita.
El asilo, un derecho
Solicitar la protección internacional es un derecho fundamental. Expertos en la materia tildan de «mala praxis» la gestión de las citas en el departamento de Extranjería de la Policía Nacional. Advierten que a día de hoy, hay un goteo leve de disponibilidad, pero que un ciudadano puede tardar «hasta una hora y media» en tramitar la solicitud. Hace unos días, sacaron en internet cerca de 80 citas disponibles pero al instante desaparecieron. Estos expertos se cuestionan si esta situación son «órdenes ministeriales» o de los propios agentes. «Ningún policía puede evaluar si un caso es o no protección internacional. Ellos solo deberían aceptar cualquier trámite que les entre, sin juzgar», lamentan en declaraciones a este periódico.
Una sentencia del Alto Tribunal ha dado un giro a lo que se llevaba haciendo en la gestión de arraigo laboral. Se trata de un caso que juzgó el Tribunal Superior de Justicia de Navarra sobre un colombiano que solicitó asilo en 2018. Una petición que fue denegada la cual este mismo hombre recurrió. Tras un silencio administrativo, tuvo noticias en 2021. En todo ese tiempo trabajó, pero no se tuvo en cuenta para conseguir la protección internacional. Lo que viene a decir la sentencia es que el tiempo cotizado desde que un extranjero pone un recurso, no se contará para luego conseguir la regularización.
5 comentarios
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Pues que lo soliciten, que regresen a sus países de origen y esperen allí la resolución.
Asilo, deportación es lo que hay que hacer que esto ya pasa de castaño oscuro
De no EXISTIR UN FRAUDE ENORME.....No habría COLA...
Que se vuelvan a su país y no tendrán que esperar. En la isla ya sobra gente.
Uno de los mayores pufos que existen para la consolidación de la inmigración irregular y promovido generalmente por las diferentes organizaciones que viven de las subvenciones. Todo ello consentido por el gobierno. Más gastos para el contribuyente, más ineficacia para la administracción, menos recursos para el ciudadano. El dinero público no es de nadie