March explica que «las partículas en suspensión pasan un primer filtro en la nariz, faringe y laringe, desde donde pueden ser expulsadas al toser, estornudar, con la saliva o por vía esofágica. Si no se expulsan, las partículas más gruesas PM10 suelen quedar retenidas en los tramos altos del sistema respiratorio (tráquea y bronquios), mientras que las PM2,5 penetran hasta zonas más profundas, pudiendo alcanzar los bronquiolos y quedar depositadas en los pulmones».
En este punto, añade que «las PM0,1 ultrafinas alcanzan los alveolos (lugar donde se realiza el intercambio de gases), pudiendo pasar al torrente sanguíneo, por lo que podrían afectar a diversos órganos causando efectos sistémicos más severos para la salud. Cuanto menor es el tamaño de las partículas que inhalamos mayor acceso y en consecuencia, más perjudicial es su acción para nuestro organismo».
El citado experto detalla que «la exposición a niveles elevados de partículas puede causar irritación de las vías respiratorias y de los pulmones, empeorando la sintomatología en pacientes con enfermedades crónicas respiratorias (enfisema, EPOC…), asmáticos y alérgicos. Además, provocan mayor susceptibilidad a infecciones respiratorias, con riesgo de aparición de bronquitis, bronquiolitis, etc.».
También dan lugar a «respuestas inflamatorias en el sistema circulatorio, agravando la sintomatología de enfermedades cardiovasculares y pudiendo provocar arritmias, infarto agudo de miocardio y accidentes cerebrovasculares». Además, señala que «la exposición crónica a material particulado ha mostrado un aumento de la incidencia de cáncer. De hecho, las partículas en suspensión han sido clasificadas como cancerígenos humanos por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (International Agency for Research on Cancer, IARC)». Otros estudios científicos sugieren que la exposición a altos niveles de partículas también puede asociarse con bajo peso al nacer y partos prematuros, por lo que las embarazadas son un colectivo de especial protección ante estos episodios.
2 comentarios
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Vaja, entre el canvi climàtic i la pols en suspensió ens ha tocat una bona desgràcia, hauran d'inventar una vacuna d'ARN missatger per evitar els mals que el Sr March enumera: infeccions respiratòries, problemes vasculars, càncer... Segur que la benemèrita indústria farmacèutica ens ajuda. PD a veure si aquest comentari supera el filtre de censura.
Es muy malo, pero es que estamos muy cerca de África y esto nos lleva a soportar este polvo.