Apesteguia consulta la información de este periódico antes de su pregunta de este martes. | Jaume Morey

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El conseller d'Empresa, Ocupació i Energia, Alejandro Sáenz de San Pedro, insistió este martes sin aportar ningún dato ni mostrar ningún documento que el rastreo sobre la existencia de micros ocultos en su despacho –por el que pagó 4.000 euros a una agencia de detectives– había concluido en que, si bien no existían, quedaban «indicios» de que pudieran haber existido en alguna ocasión.

Este asunto, del que informó este diario el pasado viernes, motivó dos preguntas en la sesión plenaria de este martes. Una del diputado Llorenç Pou al conseller –en su respuesta sin datos se refirió a «los indicios»– y otra del coordinador de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia, a la presidenta Prohens.

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A Prohens no le gustó demasiado esa pregunta y así se lo hizo saber. Según la presidenta «usted está en su derecho a desperdiciar un turno de pregunta y preguntarme por un asunto anecdótico y cerrado». De acuerdo a la tesis de la presidenta de Baleares «eso demuestra su desconexión con la calle» y que el Ejecutivo había dejado muy claro que el conseller había hecho el encargo «después de una conversación privada con un policía». En la primera versión que dio el Govern de este hecho, había sido la Policía quien recomendó que se revisara el despacho.

«¿Quién espiaba al Govern?, ¿quién temía el conseller que le espiara? ¿Vox?, ¿Avanza Libertad [nombre de la plataforma montada por el sector crítico de este partido], ¿China?, ¿Rusia?» preguntó el portavoz ecosoberanista, que también quiso saber dónde se había reunido el conseller con el policía. «¿Fue en la calle?», insistió. Més per Mallorca ha solicitado una comparecencia del conseller aunque este asunto todavía no se ha discutido.

Conversación

Después de la sesión de control, el conseller Sáenz de San Pedro mantuvo una conversación con el vicepresidente Costa fuera del salón de sesiones. Costa, el pasado viernes después de la reunión semanal del Govern, dio por buena la versión de que la Policía había recomendado el barrido del despacho a la búsqueda de micros. La Policía lo desmintió ese mismo día.