Imagen de colas en los controles de acceso de pasajeron en Son Sant Joan. | Pere Bota

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Un grupo de trabajadores ha puestode nuevo en el punto de mira a la empresa Mitie, que gestiona el control de pasaportes en el aeropuerto de Palma, además de otros servicios derivados del acceso y movilidad de los viajeros en la terminal. Si meses atrás referían impagos e infracciones, en el escrito que han trasladado a la multinacional a través del abogado Nicolás Sosa hablan de una «situación insostenible derivada de la pésima gestión de la nueva dirección de la empresa» en Mallorca.

En el mismo, aseguran que los trabajadores se encuentran «al límite de sus condiciones físicas y mentales, enfrentándose cada día a un volumen de trabajo inasumible y a un ambiente de trabajo hostil, una realidad absolutamente inaceptable teniendo en cuenta la responsabilidad del puesto que ocupan». Este es el primer paso, a la espera de una respuesta o un movimiento por parte de la multinacional de servicios antes de pasar a la vía judicial, si corresponde.

De hecho, el portavoz de los trabajadores reporta algunos despidos de trabajadores «que se han enterado por SMS a través de la Seguridad Social o al sacarles del grupo de WhatsApp del trabajo», asegura el letrado que defiende los intereses del colectivo, que señala a los responsables de la gestión en Son Sant Joan de la mano de la empresa que asumió la gestión de esos servicios aeroportuarios el pasado 1 de noviembre de 2023.

Refieren además «amenazas» y la advertencia de «eliminar personal», señalando a los que no fueran afines a los responsables de la gestión de ese grupo de trabajadores, remitiendo a las quejas recibidas por aquellos desde los propios usuarios como sanciones e informes desfavorables por parte de la Policía Nacional, Guardia Civil o AENA.

Entre los hechos que han trasladado y denunciado a Mitie y atribuidos a los superiores de los gestores señalados, destacan la reducción unilateral de horas de contrato, lo que apunta su abogado supone un «fraude de ley», además de doblar o triplicar turnos, dejando patente que el personal del que se dispone resulta «absolutamente insuficiente para hacer frente al volumen de trabajo existente», más en plena temporada alta.

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La modificación, también de manera unilateral, de los turnos de trabajo por parte de los gestores de la empresa es otro problema señalado, no percibiéndose el plus de nocturnidad además de descompensarse la distribución de los efectivos. En cuanto a los turnos, la comunicación de los mismos llega a producirse hasta en ocho o menos horas antes de iniciarse, cuando con la anterior gestión se confeccionaban mensualmente, no diariamente como ahora.

Denuncian también que los trabajadores se ven obligados a doblar o triplicar turnos, llegando a encadenar hasta 18 o 19 horas seguidas sin compensación alguna por las horas extras acumuladas, e incluso sin respetarse los periodos de descanso, ya que se han dado casos de acabar un turno a medianoche y comenzar el siguiente a las siete de la mañana. La privación del tiempo para poder comer o descansar y sentarse suponen otras discriminaciones que lamentan y trasladan los trabajadores, que a su vez aseguran percibir cantidades dispares sin justificación alguna en sus nóminas.

De la empresa remarcan que es habitual el impago de cantidades por diversos conceptos, de la misma forma que tampoco se abonan los días libres y festivos trabajados, que se suman a las citadas horas extra o pluses como el de nocturnidad, sintiéndose abandonados por los responsables de la gestión en Son Sant Joan de este colectivo.

Y otro punto clave que señalan es «el absoluto despropósito» que supone la gestión de las pegatinas de tarjeta temporal, acreditación que da acceso a los nuevos trabajadores al recinto aeroportuario y que es previa a la elaboración de la tarjeta definitiva, que les impide a algunos llegar a sus puestos de trabajo, lo que desde la empresa fue respondido con la pérdida de un día libre. Así, los nuevos trabajadores dependen de los veteranos que poseen la tarjeta definitiva para poder pasar los diferentes controles de seguridad y tener acceso a sus puestos de trabajo.

A la espera de noticias por parte de Mitie y con la vía judicial sobre la mesa, los trabajadores siguen sufriendo unas condiciones que les han puesto a prueba y llevado al límite de sus capacidades físicas y psíquicas en unas semanas de gran actividad en el aeropuerto de Son Sant Joan.