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Miles de ciudadanos de las islas, 50.000 según los organizadores y más de 20.000 según la Policía Nacional, han tomado este domingo las principales calles turísticas de Palma para exigir un cambio de modelo y un plan alternativo a la actual masificación y saturación que sufren las Islas. Más de 100 entidades de las Islas convocaron esta protesta bajo el lema ‘Menys turisme més vida'.

La gran manifestación contra la masificación turística, la primera de estas características que se celebra en las Islas después del éxito de las protestas en Canarias, ha congregado a una variedad de personas en una muestra evidente de que el hartazgo y cansancio con la saturación turística es ya un fenómeno transversal de una gran capilaridad.

Partidos políticos

No se ha visto a líderes del PP, a pesar de que la presidenta del Govern ha convocado la Mesa contra la Masificación, pero sí han estado en la manifestación algunos militantes de la formación conservadora. Las filas socialistas han tenido una nutrida representación, entre ella la del diputado y exconseller de Turisme Iago Negueruela, o la consellera y expresidenta del Consell, Catalina Cladera. También presencia de Més, con Jaume Alzamora y Vicenç Vidal, y de Podemos, con Jesús Jurado, entre otros representantes.

La concentración ha comenzado a las 19.00 horas pero hasta pasadas las 19.20 no salía la cabecera con la pancarta ‘Menys Turisme, més vida'. Cuarenta minutos después, a las 20.00 salía la cola desde del Parc de ses Estacions. La manifestación ha recorrido la zona cero del turismo en Palma ya que ha discurrido por las principales calles turísticas, como Sant Miquel, Colom, la Plaça Major o el Born. Durante el recorrido, muchos turistas que se encontraban en el centro de la ciudad asistían con curiosidad y sorpresa a la protesta. En las terrazas de la Plaça Major y Cort se han encontrado turistas y manifestantes sin que se produjeran incidentes de importancia. En el Born, los dueños de los bares había retirado las terrazas como medida preventiva.

El vicepresident del Govern, Antoni Costa, había pedido la semana pasada que la manifestación fuera pacífica, tanto con los residentes que no quisieran sumarse a las protestas como con los turistas. No se han producido incidentes, algo que sí se ha visto en otras concentraciones contra el turismo en municipios como Barcelona, donde algunas residentes usaron pistolas de agua contra los turistas sentados en terrazas.

Variedad de carteles

Durante todo el recorrido, que se ha prolongado por espacio dos horas de principio a fin, se han coreado consignas contra el turismo y a favor del decrecimiento en un ambiente mayoritariamente festivo. Se han visto pancartas contra la masificación, contra la situación inmobiliaria y de la vivienda en las islas, en contra de los jets privados y los cruceros e incluso a favor de Palestina en una protesta que ha terminado siendo muy variada.

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La manifestación ha concluido en es Born pasadas las 20.00 horas, casi en el momento en que salía la cola del Parc de ses Estacions. Allí se ha leído un manifiesto en el que se han reclamado medidas contra la saturación y la masificación turística. La lectura del manifiesto ha corrido a cargo de Bel Miquel, Sílvia Rechac y Rosa Garcias, del grupo Pitxorines, además de Júlia Mérida.

«Estamos aquí para exigir un cambio de rumbo radical de nuestra realidad, para denunciar la masificación turística, y su modelo económico: el monocultivo turístico», afirmaba el comunicado. Los organizadores han denunciado que se prevé que este año lleguen 20 millones de turistas, un récord total que supera los 17,8 millones que llegaron el año pasado. «Esto destruye el territorio, precariza a los trabajadores, genera desigualdades y especula con los servicios de primera necesidad, cómo es el drama actual de la vivienda, que se ha convertido en una mercancía al servicio del negocio turístico».

Lamentan que Mallorca sea ya una macrourbanización, que ya no haya comercios tradicionales o que el tejido social de los pueblos y ciudades se vaya perdiendo, igual que la lengua y la cultura propias.

Las consecuencias

También han denunciado las consecuencias que este modelo tiene en consumo de agua, de depuración, en una sistema educativo tensionado por la llegada de mano de obra de manera constante que ha hecho que la población de de las Islas haya aumentado un 82 % en los últimos años.

«Hoy hemos dado un golpe en la mesa. En plena temporada turística hemos salido a hacer nuestras las calles. Sólo con la organización popular, con unos colectivos y entidades de la sociedad civil fuertes, podremos conseguir un cambios», aseguran los organizadores.

Han pedido a los asistentes que la movilización continúe «para conseguir una sociedad más justa y más igualitaria» y han anunciado que seguirán presionando por un decrecimiento turístico y por un cambio de rumbo. «Lo que necesitamos en menos turismo y más vida», han dicho.

Los organizadores piden actuaciones en vivienda, limitando la compra a quienes no lleven cinco años de residencia, una moratoria turística, reconversión de hoteles obsoletos, no aumentar las grandes infraestructuras, reducir el número de vuelos y restringir la navegación recreativa o el número de coches, entre otras medidas.