La sobrasada de Mallorca cuenta con una indicación geográfica. | E.C.

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Sobrasada y ensaimada de Mallorca, Vins de Binissalem o Formatge de Maó, son solo algunos ejemplos de los 18 productos agroalimentarios de Balears protegidos bajo el sello de Denominación de Origen (DO) o Identificación Geográfica Protegida (IGP). Pese a que la mayoría son bien conocidos por la población residente, su consumo local no es tan firme como algunos creen ya que aunque el consumidor asegura que compra este tipo de alimentos con sello de calidad, los datos de comercialización demuestran que no es tanto.

Así lo destaca un estudio realizado por la Conselleria d’Agricultura donde intenta conocer la actitud de los consumidores con relación a los alimentos con Denominación de Origen o Indicación Geográfica Protegida. Por ello se analiza el grado y la frecuencia de su consumo, y aunque las declaraciones de intenciones sobre la compra son elevadas, estas no concuerdan con la realidad. «Aunque el número de personas que manifiestan comprar alimentos registrados bajo la DO o IGP y ha incrementado de manera considerable desde 2016, los datos de comercialización nos llevan a pensar que se han adquirido productos de marcas que no están protegidas», señala el director general de Qualitat Agroalimentaria, Joan Llabrés.

El 89,2 % de los consumidores encuestado asegura que compra ensaimada de Mallorca y, en concreto, las mujeres serían las principales consumidoras; aunque los datos de venda de la IGP demuestran que estas ventas no son reales ya que el consumidor cree que todas las ensaimadas que se venden en Mallorca tienen el sello de calidad, cuando en realidad no lo son.

El caso del queso de Maó-Menorca, el 87,4 % dice que lo consume habitualmente «aumentando de manera considerable el porcentaje respecto a años anteriores», aseguran desde Agricultura que destacan que la mayoría, el 61 %, lo compra cada semana.

Por lo que se refiere a la sobrasada de Mallorca, un 79,5 % dice comprarla, sobre todo consumidores de Palma. También se ha visto incrementado el consumo de la almendra de Mallorca, un 60,3 % en 2023 (en 2018 era de un 20,5 %). Las personas con más de 45 años y las que acuden a los mercados serían las más consumidoras de este alimento. En cuanto al aceite de oliva de Mallorca, un 67 % asegura que lo compra cuando en realidad, los datos de comercialización «no coinciden con la percepción de compra de los consumidores», señala el Govern, lo que significa que los ciudadanos están dispuestos a comprar este tipo de productos e incorporarlos en su día a día ya que los aprecia, aunque a veces la no identificación de estos puede que lleve a la confusión.