Salvador Andrés Tárraga, portavoz nacional y coordinador en Baleares de la asociación de Nofumadores.org y doctor en Ciencias de la Salud con especialidad en tabaquismo.

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«En las comuniones se regala a los niños vapers con dibujos de Bob Esponja», lamenta Salvador Andrés Tárraga, portavoz nacional y coordinador en Baleares de la asociación de Nofumadores y doctor en Ciencias de la Salud con especialidad en tabaquismo. En este sentido, advierte que los menores comienzan a vapear entre los 11 y los 13 años, ya que muchos padres consideran que no es perjudicial para la salud, cuando la realidad es que sí lo es, ya que tienen nicotina. «Los vapers son la puerta de entrada del tabaquismo, es el primer paso antes de comenzar a fumar tabaco», asegura.

A su modo de ver, el desconocimiento que existe sobre los cigarrillos eléctricos es muy elevado, ya que incluso hay algunos médicos que lo recomiendan para dejar de fumar, cuando provoca todo lo contrario, ya que la nicotina que tienen crea más adicción al tabaco.

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Piden su prohibición

Por ello, la asociación de Nofumadores solicita al Gobierno de España que prohíba los vapers, así como fumar en las terrazas y playas. El objetivo es reducir en la medida de lo posible el «acceso fácil de los jóvenes al tabaco» y evitar problemas de salud y ecoambientales. «Necesitamos que el Gobierno sea valiente y que no se rinda ante los intereses de las tabacaleras por los impuestos indirectos que genera la venta del tabaco y los vapers», expone el doctor Tárraga.

Especial preocupación suscitan las bolsitas de nicotina, similares al snus sueco, un producto que se coloca en las encías y se absorbe por vía sanguínea. Además, contiene diversos componentes tóxicos como los metales pesados, por lo que, aun no conteniendo tabaco, no está exento de riesgo. Pese a encontrarse en una situación alegal, ha comenzado a proliferar su venta en comercios españoles, incluso en algunos estancos, y se publicita a través de redes sociales e influencers de todo tipo.