Pantallas en Son Sant Joan mostrando los retrasos generalizados este viernes. | M. À. Cañellas -

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El aeropuerto de Palma trabaja para recuperar la normalidad tras el paso de la DANA que desde el pasado miércoles ha provocado la cancelación de más de 340 vuelos. Este viernes los coletazos de esta gota fría se siguieron notando en los aeropuertos de Baleares, que de nuevo acumularon multitud de retrasos y algunas cancelaciones debido a los desvíos en ruta ordenados desde las torres de control para evitar los núcleos tormentosos que persistían en determinados puntos. Una circunstancia a la que AENA sumó factores como la climatología adversa en otros destinos europeos y los propios problemas operativos de las aerolíneas, las cuales arrastraban montones de retrasos y cancelaciones de dos jornadas caóticas cuyas consecuencias, que como siempre, volvieron a cebarse con los sufridos pasajeros. Se prevé que el tráfico aéreo esté totalmente restablecido en la mañana de este sábado.

Concretamente, en esta última jornada de viernes se cancelaron diez vuelos y más de un centenar sufrieron retrasos. Miles de usuarios esperaban en el aeropuerto de Palma la salida de su vuelo después de una interminable espera. Familias enteras pasaron allí la noche y muchos turistas tuvieron que ser realojados en hoteles (que a su vez se sirvieron de las plazas que debían ocupar nuevos clientes que finalmente no llegaron por las cancelaciones).

El jueves fue el día con más cancelaciones en Palma: del total de 950 vuelos que estaban previstos se suspendieron 180, lo que supone casi un 20% de la operativa programada. Anteriormente, el miércoles, ya se habían cancelado más de 150 vuelos de los 1.000 que había previstos.

Con todo, arrecian las críticas de pasajeros a las aerolíneas por falta de información y omisión de la prestación de los servicios a los que están obligadas en este tipo de situaciones, tales como realojamiento, restauración o aparcamiento. La mayor parte de estas cuestiones queda en manos de las propias aerolíneas, pero algunas de ellas, denuncian, se están desentendiendo.

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Asimismo, eran numerosas las críticas de usuarios a los que se les ofrecía una reubicación excesivamente tardía, hasta a ocho días vista. Mientras, los precios para comprar otro billete para estas fechas están disparados. Desde la Asociación de Usuarios y Consumidores de Baleares (Consubal) explicaban este viernes que están llegando numerosas de pasajeros en ese sentido.

El problema es lógicamente mayor para la gente que tiene que volar de regreso a su lugar de origen y no encuentra vuelos alternativos a precios razonables. «Es un problema para los que tienen que volver a casa, porque les están crujiendo con las tarifas si quieren comprar otro billete», denuncia el presidente de Consubal, Alfonso Rodríguez, quien acusa a las compañías de estar intentando pescar en río revuelto y hacer su agosto bajo el pretexto de situaciones de fuerza mayor y fuera de su responsabilidad.

En esta situación, Consubal recomienda a los afectados a -si no tienen más opción- comprar un billete alternativo y reclamar a la aerolínea la devolución íntegra del coste de este billete (no del primero). Las compañías disponen de un plazo de siete días para contestar. En caso de que no respondan o lo hagan en sentido negativo, la asociación insta a presentar la denuncia correspondiente ante la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, dependiente del Ministerio de Fomento.

La mayor parte de las denuncias que está registrando Consubal se concentran sobre dos aerolíneas concretas: Vueling y Ryanair. Precisamente, la low cost irlandesa está endureciendo la guerra abierta que mantiene contra Enaire por las alteraciones en el tráfico aéreo en estos días. Ryanair niega que las condiciones meteorológicas adversas fueran lo suficientemente significativas como para desviar los vuelos e incluso ha puesto a disposición de sus clientes una página web, Air Traffic Control ruined my holiday («el Control del tráfico aéreo ha arruinado mis vacaciones»), para que cada de sus usuarios afectados denuncien su caso ante la Comisión Europea.

Por otro lado, a pesar de que AENA desactivó a primera hora de la mañana el comité de crisis activado en la tarde del jueves, los retrasos continuaron siendo la tónica de la jornada. «Lo peor de la DANA ya ha pasado y mañana se operará con total normalidad», aseguraba la portavoz de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), Beatriz González, quien explicaba que Enaire -órgano gestor de la navegación aérea en España- ya había dispuesto el miércoles los refuerzos necesarios en las torres de control precisamente en previsión de los problemas que acarrearía la DANA. «Queremos que la gente entienda que lo primero de todo es la seguridad».