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El águila calzada (Hieraaetus pennatus) es una especie protegida internacionalmente. Sin embargo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), su estatus es de preocupación menor, lo que puede ser engañoso por la sobreestimación de su población, especialmente en España. Un censo reciente en Mallorca identificó 190 territorios con presencia de la especie, pero destacó la necesidad de estimaciones cuantitativas más precisas. La gestión adecuada de su hábitat, tanto en áreas de nidificación como de caza, es crucial para su conservación.

El águila calzada se enfrenta a múltiples amenazas, como la alta mortalidad de jóvenes, intensificación del uso del suelo, electrocución, persecución y destrucción del hábitat. La tasa de mortalidad de los jóvenes es alarmante, con un 50% en su primer año. Además, la especie es migratoria y afronta diversos peligros en su ruta, incluyendo la persecución directa en países subsaharianos y los efectos adversos del cambio climático.

Mallorca Preservation, junto con el equipo de la Asociación Pennatus, agentes de Medi Ambient y el GOB, ha puesto en marcha un proyecto de anillamiento y marcaje con los sistemas de comunicación móvil GPS y GSM de dos pollos de águila calzada. La iniciativa permitirá seguir de cerca los movimientos y el comportamiento de estos ejemplares, obteniendo una información valiosa sobre la especie y sus necesidades para garantizar su conservación.

Los primeros objetivos del proyecto son el análisis y el monitoreo de la salud y la biometría, el análisis de la biometría y el plumaje de los pollos de águila calzada durante su estancia en el nido y detectar posibles enfermedades emergentes de la especie en Mallorca.

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También se estudiará el comportamiento y el uso del territorio: determinar el rango de acción y analizar el dominio del territorio según sexo y edad.

Igualmente, se caracterizará la migración y la mortalidad: identificar rutas migratorias (fechas, duración, distancias o velocidad) y zonas de invernada, y analizar las principales causas de mortalidad, así como los datos sobre la edad de primera reproducción y la dispersión natal.

A través de encuestas en redes sociales, los dos pollos han sido bautizados con los nombres de Galatzó y Alfàbia, conocidas montañas de la Serra de Tramuntana. Estas jóvenes águilas fueron marcadas el pasado junio con la ayuda del equipo de la Asociación Pennatus y ahora llevan dispositivos GPS y GSM que permiten seguir sus primeros vuelos.

Los datos obtenidos en esos primeros vuelos serán compartidos en breve por Mallorca Preservation. Gracias a los sistemas de comunicación móvil, el equipo de la Asociación Pennatus recibe actualizaciones de su ubicación cada cinco minutos, lo que permite monitorear cómo se fortalecen y mejoran sus técnicas de vuelo. En esta fase crucial, están desarrollando sus músculos, aprendiendo a volar de diferentes maneras, incluidos los picados. Guiadas por sus padres, Galatzó y Alfàbia están aprendiendo a cazar y a moverse con soltura por el territorio, y pronto comenzarán a explorar más allá de los límites de su área natal.

El apunte

Más nidos en peñascos y menos en árboles

Un censo realizado hace años por el Servei de Protecció d’Espècies de la Conselleria de Medi Ambient determinó que el 77% de las parejas de águila calzada en Balears tiene su nido en peñascos, mientras que el 22% lo hace en pinos y el 1 % restante, en encinas. Sin embargo, el mismo estudio precisó que las parejas nidificantes en árboles deben confirmarse, pues tienen peñascos cercanos.