Una gran raya en aguas de Baleares. Fotografía de archivo. | Redacción Local - Xavier Salvador

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Este miércoles se ha celebrado la primera reunión del comité de expertos del marco del proyecto 'Estrategia Balear de Tiburones y Rayas' para promover la recuperación de las poblaciones de elasmobranquios en Baleares, que son indicadoras de la salud de los ecosistemas marinos.

La directora general de Medio Natural y Gestión Forestal, Anna Torres, ha explicado que la intención del proyecto es «poner en valor el papel de las poblaciones de condrictios como indicadoras del estado de salud de los ecosistemas marinos» y «ser un referente en la recuperación de las poblaciones de elasmobranquios en Baleares», ha informado la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural en un comunicado. Por su parte, el director general de Pesca, Antoni Grau, ha explicado que «el objetivo es gestionar las pesquerías desde un punto de vista ecosistémico, tal como obliga la Política Pesquera Común, y promover acciones en favor de este grupo zoológico».

En el archipiélago, y según el 'Libro rojo de los peces de las Illes Balears', de las 56 especies de selacios registradas, un total de 34 (un 60 %) están amenazadas, y de ellas, 17 están en peligro crítico o ya se han extinguido a nivel regional. Los selacios están en la cima de la cadena trófica y juegan un papel clave en la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas marinos, de forma que su declive puede conducir a consecuencias ecológicas graves, incluyendo efectos en cascada. La relación entre la desaparición de los condrictios y la pesca es indiscutible y podría ser parcialmente reversible. En Baleares, la presión pesquera se ha reducido porque desde 1986, la flota pesquera profesional ha perdido el 75 % de efectivos, lo que ha facilitado que se recuperen algunas especies, con un notable incremento de las capturas declaradas de rayas. Además se han creado áreas marinas protegidas, con 4.400 hectáreas de reserva integral.

En muchas de ellas, las poblaciones de peces vulnerables a la pesca han experimentado recuperaciones, con incrementos de biomasas de hasta un 800 %, aunque afectan casi exclusivamente los peces de escama, en particular especies sedentarias en niveles medios y altos de las cadenas tróficas (serránidos, espáridos y esciénidos, principalmente). La reunión de expertos ha abordado esas posibles acciones como establecer medidas restrictivas o voluntarias para la pesca recreativa y profesional; nuevas tallas mínimas (para la musola, por ejemplo); y el adiestramiento de los pescadores profesionales en el manejo de los tiburones para asegurar que se sueltan sanos y salvos. Otras propuestas son la localización de zonas de concentración ligadas a la reproducción de pastinacas, rayas mariposas y musolas, para poder fijar vedas locales temporales; y la extensión del proyecto de cría y liberación de pintarrojas (S. stellaris) a otras especies.

Llevar a cabo un estudio de la población de clavel (Rostroraja alba) de Formentera, que está en clara expansión; mejora y expansión de la red de seguimiento electrónico de peces Balearic Tracking Network, para disponer de más datos del movimiento y del espacio vital de los condrictios, así como estudios diversos sobre la biología o las capturas de condrictios son otras de las propuestas planteadas.

En el grupo de expertos hay técnicos del Govern y del Consell de Ibiza, científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO), expertos vinculados a organizaciones conservacionistas como Save the Med, SharkMed y Marilles y pescadores. Según Grau, la presencia de representantes del sector pesquero «es fundamental para poder tener una visión veraz de la aplicabilidad de las medidas y para que la pesca sea partícipe del mecanismo de toma de decisiones». La Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural analizará las conclusiones de la reunión e iniciará los procesos, con medios propios o con colaboraciones privadas, para llevar a cabo las medidas que sean más factibles.