Fuera llueve y hace algo de frío, pero el piso irradia la calidez del sol de las Islas. Numerosas fotografías de rincones icónicos de Mallorca, Menorca o las Pitiüses cuelgan de las blancas paredes del amplio piso en el que se ubica la Oficina de les Illes Balears en Bruselas. Su equipo, formado por una técnica del Govern y cuatro jóvenes becados del programa de Formación en Acción Exterior y Unión Europea, reciben a este diario para explicar su misión: ser los ojos y oídos del Archipiélago en el laberíntico entramado administrativo de la UE.
«Informamos al Govern de todo lo que pasa aquí para que no se pierdan cosas que puedan aprovechar a favor de las Islas», explica Alfonso Sanz Arnau, que con un graduado en Estudios Internacionales y máster en diplomacia se encarga de seguir asuntos sobre turismo y políticas de cohesión y medidas europeas enfocadas en mejorar las regiones. Con motivo de la Semana Europea de las Regiones y Ciudades, que concluyó ayer, se encargó de controlar las enmiendas que han permitido que Europa se comprometa a tener en cuenta los efectos negativos de la sobrepoblación en los servicios públicos de Balears, así como las desventajas de la insularidad y ser más sensible con las particularidades de las islas a la hora de aplicar ciertas políticas comunitarias.
A petición de la Conselleria de Turisme, Sanz elaboró hace poco un estudio para analizar la saturación turística que padece Grecia con el fin de conocer cómo está actuando su gobierno y qué podría aplicarse en Balears. La conexión directa con representantes de la UE y de esos países les ayuda a ser más precisos y ofrecer este material a los cargos del Govern que, por ejemplo, necesitan para estar bien informados cuando asisten a un evento fuera de España. «Pude recabar datos de la oficina de Córcega en la capital belga para un informe que me encargaron sobre cómo aplican la Política Agraria Común en esa isla y qué podríamos replicar nosotros», comenta Júlia Isern Bennassar, que estudió Derecho y Derecho de la Unión Europea, además de un máster sobre legislación ambiental. «Es difícil entrar en la burbuja de Bruselas y esta beca permite meterte, ganar experiencia y hacer contactos. Venir aquí era mi sueño», confiesa la joven, que acude a numerosas jornadas para también recopilar información útil sobre agricultura, energía o transporte.
«Somos el enlace, el avatar del Govern en Bruselas», resume Laura Gallegos Gelabert, que tras cursar Relaciones Internacionales y acabar un máster accedió a la beca que ha dado la oportunidad a los cuatro mallorquines de trabajar en esta oficina desde febrero y hasta diciembre. Un nuevo equipo les sustituirá entonces, y la presidenta Marga Prohens, que el miércoles les visitó, aseguró que consolidarán este servicio que tienen todas las comunidades. «Me ocupo de temas de empresa, industria, seguridad alimentaria e innovación y he tenido que ir a varias citas para crear una red de contactos en nombre de la Conselleria d’Hisenda», explica Gallegos.
El equipo de becados lo completa Raixa Somoza Juan, también graduada en Relaciones Internacionales y especializada en derechos humanos, paz y desarrollo sostenible. Rastrea todo lo que tiene que ver con asuntos laborales, sociales, de seguridad, cultura, juventud, deportes, relaciones exteriores y cooperación. «Me han pedido analizar cómo funciona la financiación europea para fomentar la cultura y la semana que viene iré a un evento especializado», destaca, aunque también está centrada en seguir cómo se está implantando la tarjeta europea para personas discapacitadas que el Govern quiere emular. Además de todo esto, los cuatro jóvenes se encargan de publicar cada mes una informe con las noticias más destacadas de la agenda europea, que se difunde entre los funcionarios y cargos políticos de las Islas. Además de todo esto, los cuatro jóvenes se encargan de publicar cada mes una informe con las noticias más destacadas de la agenda europea, que se difunde entre los funcionarios y cargos políticos de las Islas.
