Desde la izquierda, María José Rivera, Margalida Ramis, Margalida Rosselló y Maribel Alcázar, durante la explicación de la actualización de datos sobre los parques solares en rústico.

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Desde el pasado marzo, los proyectos en exposición pública de parques solares fotovoltaicos en el suelo rústico de Mallorca han pasado de 68 a 89. Esta veintena de proyectos de diferencia en poco más de medio año ha disparado las alarmas de la Plataforma Renovables Sí, però Així No!, que este viernes ha denunciado «la falta de planificación y el consumo de territorio de una transición energético que se está ejecutando en el suelo rústico como si fuera una actividad industrial».

Margalida Rosselló, Margalida Ramis, Maribel Alcázar y María José Rivera, miembros de la plataforma, han expuesto los datos actualizados de esta situación, refiriéndose a los parques solares como «centrales fotovoltaicas». En la actualidad, las centrales fotovoltaicas en funcionamiento en el suelo rústico de la Isla son 76, con una ocupación de 412 hectáreas, mientras que los proyectos en tramitación que se han presentado a exposición pública han pasado de 68 a 89, con una proyección de 1.202 hectáreas. En total, según la plataforma, serían 165 las centrales fotovoltaicas en el suelo rústico de Mallorca, ocupando un total de 1.624 hectáreas.

Margalida Rosselló ha incidido «en las grandes dimensiones de algunos de estos proyectos. El pasado jueves finalizó la exposición pública de la central fotovoltaica Llucmajor Solar, de 99 hectáreas, que se ubicaría en sa Marina de Llucmajor. Sería la más grande de Mallorca, seguida de la de Puntiró, con 91 hectáreas».

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Rosselló ha destacado que «también desde marzo, han pasado a exposición pública cuatro proyectos en Palma, cinco en Marratxí y están apareciendo nuevas iniciativas en municipios del Pla de Mallorca, como Ariany, Maria de la Salut, Sineu, Sencelles y Santa Margalida».

Para las representantes de la plataforma, «la presentación de proyectos está desbocada y no hay manera de pararla. Lo peor de todo ello es que la planificación de estas centrales fotovoltaicas recae sobre las empresas y no sobre la Administración. Son las empresas las que deciden dónde construir las centrales, pagan un alquiler a los propietarios de los terrenos y reciben ayudas europeas. Los criterios de negocio son los que están decidiendo la planificación energética».

Margalida Rosselló ha subrayado que «esta situación supone un incumplimiento de la Llei de Canvi Climàtic, que establece la obligación de una planificación energética. Estamos a favor de las energías renovables, pero también defendemos el suelo rústico para la actividad agraria y la soberanía alimentaria en un territorio limitado. A lo que estamos asistiendo es al uso del suelo rústico para construir urbanizaciones e instalaciones energéticas».

La plataforma calcula que, si se mantiene el aumento de consumo eléctrico, «podemos situarnos en un escenario de ocupación desorbitada del territorio, con más de 12.000 hectáreas del suelo rústico de Mallorca. Es decir, estaríamos hablando del 7,33 % del suelo rústico disponible, equivalente a 24.000 campos de fútbol o la superficie de los municipios de Santa Margalida y Maria de la Salut». La entidad reivindica la aprobación de una moratoria en la tramitación de nuevas centrales fotovoltaicas para una planificación territorial y energética «sostenible, justa y participada».

El apunte

Prioridad en suelos urbanos

La plataforma reitera el aprovechamiento prioritario de tejados de naves industriales y edificios, infraestructuras públicas y zonas periurbanas y degradadas para la instalación de energías renovables, y evitar así «el recurso fácil del suelo rústico».