Carolina Pinheiro muestra su contrato de alquiler social en el CRAT del Nou Llevant. | F.F.

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El caso de Carolina Pinheiro, la mujer que perdió su vivienda de alquiler social al firmar la renuncia en pleno brote psicótico está en manos del Patronato Municipal de la Vivienda del Ajuntament de Palma. Eso sí, pese al llamamiento realizado a través de Última Hora para que se tenga en cuenta ese condicionante y pueda recuperar una vivienda en la que residir junto a su hija, desde el organismo son claros a la hora de recordar que ella plasmó su firma en los documentos por los que prescindía de este servicio y, a día de hoy, los 398 pisos destinados a alquiler social por parte de Cort están ocupados.

No sólo eso, sino que hay una larga lista de espera y, a la hora de asignar las viviendas que puedan quedar libres, sin fijar un plazo o fecha para que pueda producirse este hecho, se tienen en cuenta las singularidades de cada caso, priorizando aquellos que sean de urgencia. Unos argumentos que complican el futuro de Carolina Pinheiro, de 39 años y que tiene una hija de 17 que actualmente está bajo la tutela de los servicios sociales, mientras su madre reside provisionalmente en el Centro Residencial de Acogida Temporal (CRAT) del Nou Llevant.

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«El Patronato no puede hacer distinciones, entregando esas viviendas de alquiler social en función de las necesidades del solicitante, y nuestros 398 pisos están ocupados», apuntan desde el Ajuntament de Palma, desde donde confirman que tienen sobre la mesa el caso y la documentación referente a la situación de esta brasileña de nacimiento que lleva 20 años en Mallorca y que sufrió un episodio de brote psicótico unido a otras dolencias que arrastra y que le llevaron incluso a intentar suicidarse y estar en la UCI.

«Firmó la renuncia voluntaria y ahí no podemos hacer nada», añaden desde el Ajuntament y el Patronato de la Vivienda, que asegura conocer la situación y el caso de Carolina, aunque reitera que posee una larga lista de espera y deja en manos de la prioridad de los casos pendientes la asignación de unos pisos completos en la actualidad. Pinheiro esgrime el argumento de que, en el momento de la firma de la renuncia al piso de alquiler, no estaba en sus plenas facultades por ese brote psicótico que sufrió.