Aunque cada vez es más frecuente que especies silvestres como la paloma torcaz o las cabras se trasladen a zonas urbanas, lo cierto es que son muy pocas las especies que se mudan del campo a la ciudad. El comportamiento mayoritario (especialmente entre las aves) es justo el contrario. Los pueblos y ciudades de las Islas están perdiendo biodiversidad.
«Poco a poco las ciudades se están despoblando de fauna, es algo que se ha detectado en las principales ciudades de Europa y también está ocurriendo en Baleares», explica Toni Muñoz, responsable del área de Conservación del Grup d’Ornitologia Balear (GOB).
El experto advierte de que «las aves son un bioindicador» por lo que «el hecho de que se larguen de las ciudades nos tendría que preocupar». «El ruido y la contaminación que las expulsa también nos está afectando a nosotros», reflexiona el experto.
Los intentos de reintroducción de especies en ciudades y pueblos también están fracasando. En 2005 el Servei de Protecció d’Especies de la Conselleria de Medi Ambient, en colaboración con el Cabildo de la Catedral de Palma, trató de que los halcones nidificaran en el templo.
El experimento, que se hizo siguiendo una práctica inglesa denominada hacking (crianza silvestre), funcionó en un primer momento, pero durante la pandemia los halcones y sus polluelos echaron el vuelo y no han regresado a la Seu. En un hueco de un contrafuerte, en la fachada que mira al mar, vivían una hembra joven, un macho y un polluelo que nació en el año 2009. Ayudaban de manera natural a alejar del templo a las palomas y otras aves que acababan erosionando el marés con sus excrementos.
«Aquél proyecto era la alternativa sostenible al enrejado de los campanarios que ha expulsado a las aves que tradicionalmente anidaban en las iglesias de las Islas», recuerda Toni Muñoz. El experto advierte además de los efectos que tiene la ‘nueva arquitectura’ sobre la fauna. «Las fachadas cada vez presentan acabados más lisos, los tejados están totalmente sellados y especies como los vencejos o las golondrinas no encuentran espacios para reproducirse», lamenta.
¿Qué podemos hacer para remediar esta problemática? El experto no tiene duda: «Hay que trabajar el problema de fondo: Perdemos biodiversidad a paladas y eso está afectando a la base de las cadenas tróficas», dice el responsable del Área de Conservación del GOB.
«El uso de pesticidas, los monocultivos (aunque es cierto que estos últimos se dan más en el centro y el norte de Europa) van en detrimento de la biodiversidad. Tener cada vez menos especies vegetales hace que tengamos menor diversidad en la fauna. Es necesario revisar nuestra relación con la naturaleza desde la base», explica Muñoz.
«El ruido y la contaminación ambiental también nos está afectando a nosotros. Aquí el Embat limpia el aire cada día, pero en ciudades como Madrid se puede medir la contaminación con las estadísticas de muertes o infecciones respiratorias», concluye.
El retroceso de las poblaciones de aves en los pueblos y ciudades preocupa mucho a la comunidad científica. En el marco del Programa Golondrinas del Instituto Catalán de Ornitología (ICO), el GOB realizó hace ahora dos años un censo de nidos del avión común (cabot).
Contabilizó 1.643 nidos en 16 pueblos y ciudades de Mallorca. El 80,1 % de esos nidos estaban ocupados en el momento del recuento (junio y julio de 2022). Los municipios con más de cien nidos eran entonces Palma (406, aunque el recuento es incompleto), Artà (282), Inca (178), Felanitx (146), Puigpunyent (126) y Banyalbufar (125). La idea, explica ahora Muñoz, es actualizar el recuento en las próxima primavera lo que permitirá medir su evolución.
«Hay que interiorizar el mensaje de que la fauna en los pueblos y ciudades no es un okupa, no es una molestia sino un medidor de calidad. Todo lo que no somos nosotros, nuestros gatos o nuestros perros nos molesta. Nos molestan los estorninos y lo que no vemos es que los estorninos no tienen la culpa de que debajo de los árboles ya no haya tierra. Esa es una percepción preocupante porque vivimos cada vez más de espaldas a los seres vivos que ocupan el planeta», finaliza Muñoz.
16 comentarios
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Las alimentadoras de gatos y palomas tienen mucha culpa
Este señor debe vivir fuera de Palma, nunca habia visto tanta caca en mi coche por las mañanas en toda mi vida que en los últimos años. y el berreo de las mel-laras desde por las noches y a primerísimas horas de las mañanas no hay quien lo aguante hasta el punto que he tenido que adquirir aparatos para ahuyentar por medios de ondas ultrasónicas...
Eso no da dinero y es de comunista(cinismo) además dejan mierda en el coche y las ventanas.
perrymason, crec que estem mesclant xua i velocitat, eh!
Josefa Llucdamerdajajaja molt bo Recuerdo cuando de pequeña ibas al parque y había todo tipo de pajaritos y montones de gorriones que disfrutaban de darse "baños" de arena. Ahora, mierda de perro por todo, los tres o cuatro gatos callejeros que se pasean por la zona, la colonia felina de rigor....un desastre en lo que hemos convertido la ciudad.
No hay quien conviva con nosotros, sigamos y veremos...
No aturen els mals presagis i degradació de sa nostra illa. Nem al precipici ben de veres. Tot a l'avaria i cobdicia d'una minoria d'humans, que depreda i destrossa tot per a benefici de les seves butxaques. Després ens culpen a tots, però no som tots els que ataquem la Natura i animals damunt la terra; la majoria estimen la vida, i quant més natural, millor. A ciutats i grans pobles hauria d'haver més verd dins la vila, i més manteniment, respectant la interactuació de petits animalons que vivien per aquí milers d'anys ABANS que la gent que va arribar robant-lis espai, aigua i aliment. (I per més curull, els destrossen el clima)
A mí me encanta ir al parque y pasear con el niño entre palomas, perros sueltos y excrementos!!
I no tardaràn en partir de la serra de tramuntana. Les carreres de "pajareros" del cap de setmana passat a escape libre. Sigan...
Pues cada dia hay mas palomas desyruyendo los edificios con sus excrementos, deginitavemente siempre perdura lo malo.