Las palomas torcaces ganan terreno en Baleares. | R.U.

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Las palomas torcaces son ya mayoritarias en Mallorca donde han desplazado a la paloma común. «Es una especie que está en expansión y nadie ha dado una explicación», explica Toni Muñoz, responsable de Conservación del GOB.

El incremento poblacional de esta especie, que se distingue por su inconfundible coloración gris azulada con dos manchas blancas en el cuello (una a cada lado) y varias manchas blancas en las alas, claramente visibles durante su vuelo, trae de cabeza a los agricultores y ganaderos porque pasa factura a sus cosechas. Aunque tradicionalmente se movían por las zonas boscosas (especialmente pinares) cada vez se acercan más a las ciudades.

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Su proliferación (realizan dos o tres puestas anuales empolladas por ambos sexos) se ve reforzada además en Baleares por los ejemplares migratorios que llegan desde Europa en los meses de octubre y noviembre. «La torcaz está generando impacto en las zonas agrarias (donde se alimentan del grano) pero también buscan recursos en las ciudades y es fácil verlas en zonas arboladas y árboles de la ciudad », dice el experto del GOB.

La Torcaz no es depredadora y tiene una gran capacidad reproductora. Aunque no se ha detectado un efecto negativo sobre la población, igual que ocurre con las cabras, que en épocas de sequía campan a sus anchas por las calles y jardines de Andratx o Pollença, el Consell de Mallorca ha autorizado en los últimos años días excepcionales de caza de palomas torcaces.