Construida en el año 1922, la factoría se convirtió en un referente de la industria textil, dentro y fuera de las Isla. | R.D.

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Mucho antes de que el turismo se convirtiera en la principal industria de Baleares la calidad de los productos ‘made in mallorca’ ya cruzaba fronteras. Así ocurrió con las alfombras elaboradas en la fábrica de alfombras de Can Morató (Pollença) de la que hoy apenas se conserva un esqueleto en ruinas.

Construida en el año 1922, la factoría se convirtió en un referente de la industria textil, dentro y fuera de las Islas, hasta el punto de que llegó a vender alguno de sus tapices a la Casa Blanca. Con el boom turístico de los sesenta se produjo un progresivo abandono de los pequeños talleres e industrias domésticas del sector textil, y pese a su solvencia, Can Morató también acabó sucumbiendo al cambio.

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Solo la catalogación del edificio por parte el Consell de Mallorca en el año 2002 ha permitido que, aunque en un estado deplorable, Can Morató sobreviva como uno de los contados ejemplos de la arquitectura industrial de principios del siglo XX en Mallorca. La protección del complejo fue en cierto modo una salvación, pero también una condena.

Durante décadas la familia Morató trató sin éxito de vender la factoría, pero los posibles compradores se daban de bruces contra la normativa que impedía el uso turístico. El creciente vandalismo y la falta de inversión hicieron el resto.

Cuando finalmente Caixa Colonya decidió comprar el inmueble en el año 2020 para recuperar su esplendor y convertirlo en la sede social de su entidad, el estado del conjunto era ya lamentable. La rehabilitación pasará necesariamente por la reconstrucción de buena parte del conjunto y las alfombras que antaño volaron a la Casa Blanca viajarán ahora al nuevo pavimento, en forma de hormigón estampado.

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Los nostálgicos que quieran conocer un poco mejor la historia de la industria textil de Mallorca, podrán hacerlo en un pequeño museo en el interior de la reconstruida factoría. Esta idea formaba parte desde su inicio del proyecto de rehabilitación que emprendió Colonya, pero ahora se ha convertido en un requisito imprescindible para poder obtener la licencia que requieren para empezar las obras de rehabilitación y reconstrucción.