En 1926 Alec Cochran, un estadounidense rico, quería construir el velero más bello del mundo. Quería que fuera sencillo, elegante y navegable con una tripulación mínima. El astillero británico y más tarde corredor de yates Camper & Nicholsons implementó esta visión y creó una goleta de tres mástiles con vela de estay y un aparejo revolucionario, pero el primer mal presagio se produjo cuando el barco fue bautizado: la botella de champán sólo quiso romperse en el casco al tercer intento, lo que se convirtió en una mala señal para los marineros.
Después de cambios de propietario y gloriosos éxitos en regatas, el 'Creole' fue confiscado en 1939 durante la Segunda Guerra Mundial y la Royal Navy eliminó su magnífico interior, le cambió el nombre a 'Magic Circle' y lo utilizó como dragaminas frente a la costa escocesa. Sus mástiles se perdieron y cuando terminó la guerra, quedó poco de su antigua elegancia.
Otro capítulo fue escrito por el armador griego Stavros Niarchos, quien hizo restaurar el ruinoso barco en 1947. Lo transformó en una galería flotante con obras de Van Gogh, Renoir y Dalí y disfrutó de invitados famosos como el rey Juan Carlos y la reina Sofía, que incluso pasaron su luna de miel a bordo. La experiencia de los ahora reyes eméritos fue en unas circunstancias más bien poco románticas. El rey se rompió el brazo a bordo y pasó todo el viaje en un incómodo yeso.
Un acontecimiento aún más oscuro ensombreció la vida a bordo del 'Creole' en la década de 1970: la tercera esposa de Niarchos murió a bordo en circunstancias misteriosas. La versión oficial fue la del fallecimiento por sobredosis, aunque persistieron los rumores de un posible asesinato. El incidente provocó que Niarchos abandonara el barco. El gobierno danés se hizo cargo y lo utilizó como barco de entrenamiento y rehabilitación.
No fue hasta 1983 que encontró un salvador en Maurizio Gucci. El zar de la moda italiana invirtió una fortuna para devolverle el esplendor. Todo ha sido modernizado sin destruir el carácter clásico del barco. El yate se convirtió en una obra maestra y, sin embargo, siguió siendo un barco desafortunado. El propio Gucci fue asesinado a tiros en 1995 por un sicario contratado por su ex esposa Patrizia Reggiani. Otro golpe del destino que alimentó la imagen del «Creole» como un barco maldito.
Hoy en día, con un valor de mercado de más de 20 millones de euros , se ofrece en alquiler semanal. Puede alquilarse por unos 230.000 euros a la semana, sin incluir los costes adicionales. Pero para muchos, la idea de su oscura historia sigue siendo desalentadora. «Es un yate espectacular», dijo una vez un portavoz del astillero de Palma, «pero las historias que escuchas sobre él casi dan miedo».
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.