La presidenta y su jefe de gabinete, de camino a la reunión con los alcaldes. | Teresa Ayuga

TW
2

Si hay que buscar antecedentes a lo que está pasando estos días, más que a Gabriel Cañellas –que es en quien se mira la presidenta– el Govern de Marga Prohens recuerda al de aquel Francesc Antich de la primera legislatura. El president se pasó el mandato haciendo juegos malabares para que los platillos que hacía rodar en el aire no cayeran al suelo. Hay una diferencia con aquella época y es que aquel Govern lo formaban siete partidos y Prohens gobierna sola, pero la puesta en escena está siendo ahora la misma que entonces.

La presidenta está actuando en un circo de seis pistas para salvar a la vez el decreto de simplificación administrativa, los presupuestos, la prohibición de construir en zonas inundables y hasta la derogación de la ley de memoria histórica, pasando por una eventual suspensión de Gabriel Le Senne como diputado en caso de que se abra juicio oral en su contra e incluso una convocatoria electoral anticipada. Negocia con la izquierda para recuperar el decreto de simplificación a cambio de una abstención del PP en la ley de memoria democrática, una bofetada a Vox y a Le Senne. Negocia otras cuestiones –¿los presupuestos?– con Vox, aunque no está claro con qué parte de Vox. Negocia con su propio partido la posibilidad de un adelanto electoral al que ella se resiste pero que reclama el poder municipal del PP.

En este circo de seis pistas, es complicado hacer un pronóstico y saber si los platillos caerán finalmente al suelo, pero basta con seguir la lógica escolástica de Guillermo de Ockham para concluir que, en igualdad de condiciones, la solución más simple suele ser la más probable. Y aquí la solución más simple es que el PP acceda a dejar caer una ley que ni le va ni le viene porque es una obsesión de Vox, la de memoria democrática, a cambio de conseguir que se apruebe una que le interesa mucho porque es vital para sus intereses: el decreto de simplificación administrativa.

Siguiendo ese principio, lo más probable es que el PP se abstenga hoy en la derogación de la ley de memoria y la ley caiga y que dentro de un mes la izquierda –o una parte de ella– se abstenga y el decreto de simplificación administrativa vuelva a su redactado original. Por el camino se habrán perdido los presupuestos, pero eso no es ahora lo más importante para Prohens. Eso es lo más simple. Pero ojo: «La explicación más simple y suficiente es la más probable, mas no necesariamente la verdadera». También lo dijo Ockham.