Rodríguez posa junto a una de las escaleras del edificio de la Delegación del Gobierno. | Pere Bota

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Ha cumplido un año al frente de la Delegación del Gobierno. Un poco menos de lo que lleva Marga Prohens presidiendo el Govern. Y en muchas cuestiones, por no decir en casi todas, se nota perfectamente que son de ideologías muy diferentes. Este año de ruido y de polarización ha ayudado a visualizar esas diferencias. Alfonso Rodríguez (Zaragoza, 1964) considera que hace lo correcto.   

Al final parece que empezará el año con el transporte gratuito.
—El Gobierno de España ha cumplido su parte al aprobar la prórroga de los descuentos que, en el caso de Baleares, supone la gratuidad.

¿Usted cree que el transporte   siempre tiene que ser gratis?
—Lo que es importante es recordar cómo se originó esa medida. Fue para incentivar el uso del transporte público y luego para actuar como escudo social. Llegaremos a esa cuestión que dice pero no me parece mal que empecemos el año, y lo acabemos, con esa medida. Nada más aprobarse pedí al Govern que no se quedara atrás.

Habitualmente envía mensajes al Govern, que es de diferente color político al de España. El día que no se derogó la ley de memoria democrática   estuvo en el Parlament. ¿Fue un mensaje?
—Sí, fue un mensaje. La izquierda defiende la memoria porque la memoria es nuestra historia, hay que evitar que se reescriba y, además, intentar que no sea moneda de cambio. Eran consensos que creíamos tener garantizados pero parece que no, que ha estado en riesgo, y el Partido Popular había aceptado romper el consenso como moneda de cambio.

También se manifestó usted en su momento frente a la Cámara para pedir que esa ley no se derogara. ¿Eso no excede a su papel?, ¿no es una manera de tomar partido?
—Es que hay temas que requieren precisamente   tomar partido, hay temas como la memoria, la igualdad o el cambio climático que no deberían estar en el debate político.

También se refirió hace poco al papel del feminismo.
Fue lo que hicimos en la entrega de las ‘meninas’ con ocasión del día de la lucha contra la violencia a las mujeres. Es muy importante seguir peleando por la igualdad.

¿El feminismo es igualdad?
Claro que lo es. Y quedó claro en las intervenciones de aquel día, las de Dones en Dansa y el colectivo Pelvis, pionero en Mallorca. Hay que desenmascarar ese mensaje de la extrema derecha de que el feminismo va en contra de los hombres. El feminismo es igualdad.

¿No hay demasiado enfrentamiento   entre las dos administraciones?
—A ver: formalmente, como delegado del Gobierno, la relación protocolaria es correcta. Ahora, es cierto que desde los gobiernos insulares y autonómicos cuando se tiene alguna dificultad de gestión se tiende a confrontar con el Gobierno de España y eso supone confrontar con la Delegación del Gobierno porque somos parte del Gobierno de España, que en ningún momento busca enfrentarse a las comunidades autónomas. Tampoco a la de Baleares. Este Gobierno, y me gusta insistir en ello, es el gobierno del régimen fiscal, el de la mejor financiación, es el gobierno de las inversiones, de la apuesta por la vivienda, de la gratuidad del transporte.

Los dos gobiernos, el de España y el de Baleares, empezarán el año sin presupuestos.
—Lo que las administraciones deben tener claro es cuál es su hoja de ruta política, que viene marcada, claro, por los presupuestos. Ya no vivimos épocas de mayorías absolutas, hay que negociar y el Gobierno de España sigue buscando el acuerdo con sus socios. Lo que hemos visto en Balears no sé si es exactamente lo mismo. En dos semanas pasamos de ver a un Govern con la seguridad de tenerlo todo atado, de tener ya un techo de gasto, a tener que retirar las cuentas. Quiero recordar que venimos de ocho años atrás donde los presupuestos se negociaban y aprobaban en tiempo y forma. La presidenta Armengol sabía llegar a acuerdos, lo hizo en las dos legislaturas. La sorpresa no ha sido agradable: la señora Prohens no ha sido capaz de tejer esos acuerdos con quien decidió que le debía acompañar, que es    la ultraderecha de Vox. Si buscas el acuerdo, no puedes ser soberbio en el trato.

La inmigración   también es una batalla política. La presidenta Prohens reclama más medios y dice que usted se pone de perfil.
—El fenómeno migratorio es un drama, un drama al que debemos responder; la primera obligación es la de salvar vidas que están el peligro en el mar, la desesperación lleva a muchos a subirse en una patera aunque se jueguen la vida y eso es así porque lo que dejan atrás es peor todavía. Es un drama al que hay que dar    respuesta. El Gobierno de España tiene muchas competencias en el fenómeno migratorio, las desarrolla con Salvamento Marítimo, Guardia Civil, Cruz Roja, con Policía nacional… La Comunidad Autónoma tiene la competencia sobre los menores acompañados, y es una competencia que tiene transferida a los consells insulares. ¿Qué dice el Gobierno de España? Reformemos el artículo 35 de la Ley de Extranjería y permitamos que todas las comunidades colaboren en la acogida tratando la migración como un tema de país. ¿Si es un tema de país por qué sólo tienen que asumirlo las comunidades que somos frontera? Y aquí el PP y Vox no han explicado nunca por qué votan que no a esa reforma aunque con ello estén dificultando la gestión en Canarias, en Ceuta y en Balears. Si votáramos que sí, Balears saldría beneficiada porque al tener un flujo    importante de menores a los que acoger con dignidad el resto de comunidades participaría.

¿Si se aprueba esa reforma, Baleares, que no tiene medios, debería acoger a un cupo de migrantes?
—No, no, es al revés. Si modificamos ese artículo de la Ley de Extranjería todas las comunidades autónomas serían acogedoras de menores no acompañados y no solo las comunidades a las que llegan. Eso quiere decir que en el momento en que una comunidad acumulara una tensión importante, el resto de menores serían acogidos por otras. No llegan pateras a comunidades del interior, pero si es un problema de país debemos responder como país. No se puede rechazar la    propuesta solo por infringir una derrota a Pedro Sánchez.

¿Cuál de los dos gobiernos convocará elecciones antes?
—No lo sé, no lo sé. No creo que el Gobierno de España vaya a convocar elecciones, creo que el presidente tiene la firme convicción de continuar la legislatura a pesar de tener una oposición que está instalada en el no permanente en todo, para ellos, cuanto peor le vaya a España mejor para ellos y para desbancar a Pedro Sánchez. Y por lo que se refiere a Balears, no veo que la señora Prohens esté pensando en elecciones para 2025. En Balears sí hay una oposición que se arremanga y quiere ser una oposición útil, que es capaz de retrotraer errores en las votaciones si perjudican a la ciudadanía. La oposición es aquí mucho más responsable.     

¿Y no hay algún asunto en que los dos gobiernos pudieran hacer causa común?
—Lo he dicho muchas veces, si algo merece ahora mismo un pacto de Estado es la vivienda. Ahí sí que tenemos responsabilidades las dos administraciones. Y tenemos medios, legislativos y no legislativos. ¿Por qué el Govern se resiste a hacer uso de la ley estatal y establecer un tope al precio, por qué esa resistencia a declarar zonas tensionadas? Aquí siguen subiendo los precios de alquiler, pero hay vías para contener el alquiler vacacional. Yo vengo de un municipio, Calvià, en que con dinero municipal construimos un centenar de viviendas.

¿Armengol candidata de 2027?
—Eso lo decidirá ella. Mi sensación es que su liderazgo en el partido es indiscutible e indiscutido. Es una opción de gobierno clara para 2027, como lo fue Francesc Antich que pasó cuatro años en la oposición y luego pudo liderar un gobierno progresista.

DNI

- Licenciado en Filología Hispánica, nació en Zaragoza en 1964 y llegó a Mallorca en 1992 como profesor de instituto.

- Empezó en política desde el municipalismo y entre 2007 y 2010 fue director del Institut de Convivència i Èxit Escolar. Ha hecho sus pinitos también en el mundo deportivo como entrenador.

- Secretario general del PSOE en Calvià, llegó a la Alcaldía de ese municipio en 2015. Fue el más votado en mayo de 2023 pero le desbancó el pacto PP-Vox.