La madre, la esposa y los hijos de Francesc Antich, durante la capilla ardiente en el Consolat de la Mar. | M. À. Cañellas

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La familia socialista acudió en pleno a dar el último adiós al expresident del Goverb, en el acto solemne que se celebró en el Consolar de la Mar. El homenaje lo encabezó la secretaria general del partido y presidenta del Congreso, Francina Armengol, una de las más afectadas por la muerte de su mentor político, rota de dolor durante todo el acto. «Pierdo a un referente, un amigo y un maestro, y los socialistas serán leales a todo lo que nos ha enseñado y harán lo que él quería, que es luchar por una sociedad más justa», dijo Armengol.

Previamente, la presidenta del Govern, Marga Prohens, que también acompañó a la familia. «Despedimos a un hombre comprometido, a un servidor público, a una persona que quiso hasta el último momento a estas islas y que dedicó buena parte de su vida a servir a los ciudadanos de Baleares» dijo la actual presidenta que también dio sus condolencias a la familia de Antich, su madre, Maria Oliver, su esposa Conxa García y sus hijos, Pep y Tomeu.

La despedida a Antich se celebró en la capilla del Consolat de la Mar, con el féretro de Antich cubierto por la bandera de Baleares y una fotografía de su etapa como president. Al luctuoso acto acudieron los expresidentes Gabriel Cañellas, Cristòfol Soler y José Ramón Bauzá.  «Era una gran persona que pasará a la historia de la política económica de Baleares», dijo Cañellas.    «Las alabanzas no sirven para nada y las críticas caen por su propio peso por lo que lo único importante es valorar a la persona y él era una gran persona», añadió.

Junto a ellos    estuvo la plana mayor institucional de las Islas, como el president del Parlament, Gabriel Le Senne; el alcalde de Palma, Jaime Martínez; el delegado del Gobierno, Alfonso Rodríguez; la vicepresidenta del Consell, Antonia Roca o la secretaria de Estado de Igualdad, Aina Calvo, además de la exsecretaria de Turismo, Rosana Morillo.

Buena parte del Govern de Prohens pasó por la capilla ardiente, como el vicepresident Antoni Costa y los consellers del Govern Catalina Cirer, José Luis Mateo, Jaume Bauzà, Alejandro Sáenz de San Pedro, Manuela García, Antònia Maria Estarellas, Antoni Vera o Joan Simonet.

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Pero lo que se vivió en el Consolat fue un homenaje de quienes compartieron vida política con el expresident. La mayor parte de los miembros de aquel primer Pacte que lideró Antich, con su vicepresident, Pere Sampol, y los consellers Antoni Garcias, Aina Salom, Mercè Amer, Nanda Caro, Joan Mayol, Mateu Morro, Margalida Rosselló, Misericòrdia Ramon o Damià Pons, así como compañeros de su segundo mandato, como Margarita Nájera, Vicenç Thomàs, José María Costa, Bàrbara Galmés, Jaume Carbonero o Carles Manera.

Junto a ellos, compañeros históricos del socialismo, con un Joan March muy afectado, además de Francesc Triay, Tolo Aguilar, Antoni Torres, así como la mayor parte de los actuales diputados en el Parlament, con Iago Negueruela y Mercedes Garrido en cabeza, además del senador José Hila.

También    hubo presencia de políticos de otras ideologías que, pese a estar enfrentados políticamente a Antich, valoraran su talante y sus maneras exquisitas, como la eurodiputada Rosa Estaràs, la senadora Maria Salom, el ex conseller de Turisme Joan Flaquer o el exvicepresident del Govern, Joan Huguet, todos ellos del PP.

De otros partidos acudieron Lluis Apesteguia y Maria Ramon (Més), Tolo Gili, Antoni Salas y Joan Carles Verd (PI) o la concejala de Podemos, Lucía Muñoz.    Incluso estuvieron el exdiputado de Vox en el Congreso, Antonio Salvá, o la diputada de y portavoz de esta formación en el Parlament, Manuela Cañadas.

Representantes del mundo empresarial, como la presidenta del CAEB, Carmen Planas, o la vicepresidenta ejecutiva de la Federación Hotelera, Maria José Aguiló. De CCOOestuvo su secretario general, José Luis García, además de representes del ecologismo como Xavier Pastor, la cultura, como Biel Mayoral, Antoni Mir, Antoni Capellà o Joan Company, así como una amplia representación de Memòria de Mallorca, con Maria Antònia Oliver a la cabeza.

La mayor parte de quienes quisieron despedirse de Antich fueron, sin embargo, militantes socialistas que no olvidan que fue el primer presidente que consiguió que la izquierda entrara en el Consolat de la Mar. Volvieron a hacerlo, como en aquel mes de julio de 1999 en que Antich fue elegido president.