Una de las placas de bronce de la red de juderías medievales del territorio español, en este caso ubicada en el casco antiguo de Palma. | miquel angel canellas

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Mallorca sigue siendo objeto de promoción turística en un abanico cada vez más amplio de mercados. Las visitas de largo radio, procedentes de países emisores americanos y asiáticos, suman un crecimiento mayor en 2024 del experimentado por sus mercados principales, concentrados estos en una docena de países europeos. Dentro del pujante turismo estadounidense sobresalen segmentos cada vez más especializados, entre ellos el dirigido a los judíos afincados en EEUU.

Turoperadores y agencias de viajes estadounidenses con viajes hacia España tienen Mallorca, y más concretamente la ciudad de Palma, entre sus rutas destacadas en viajes organizados para comunidades interesadas en explorar la herencia judía europea. La judería palmesana es uno de los reclamos que turoperadores como Jewish Travel Agency, radicada en Florida, lucen en sus ofertas de paquetes vacacionales.

Su portal promociona Mallorca, «la isla sefardí», como el hogar de una importante población judía que se remonta al siglo V, haciendo referencia, entre otras cosas, a las conversiones forzadas de los siglos XIV y XV por la represión sufrida por este colectivo, lo que llevó a que muchos xuetes adaptaran en silencio habitaciones de casas particulares para utilizarlas como sinagogas improvisadas. Los recorridos culturales ofertados con guía abarcan todo el antiguo barrio judío, Call Menor y Call Major, la Iglesia de Montesión (que conserva la base de la antigua sinagoga) o las placas de bronce que delimitan la judería, pasando por la Calle Argentera, la Calle Sol y otras estrechas callejuelas del centro.

Turespaña emitió el pasado año un informe sobre turismo judío que destaca que «la gran cantidad de destinos que aún quedan por desarrollar en el mercado representa una oportunidad». Por ello, aboga por implementar estrategias de promoción en portales especializados y prensa generalista con impacto en este segmento, a la vez que se profesionalizan los servicios receptivos. El mismo informe se refiere a la «alta capacidad de gasto» de un segmento turístico interesado también en los viajes fuera de temporada alta, dada su predilección por los recorridos urbanos o la oferta gastronómica y cultural de los lugares que visita, lo cual eleva su potencial desestacionalizador.