Aspanob reivindica el cuidado de la salud psicoemocional de los niños con cáncer

Con motivo del Día Mundial del Cáncer Infantil, que se celebra el 15 de febrero, la entidad pide más apoyo psicológico

David Bennàssar junto a la psicóloga Teresa Ferrer tras la lectura del manifiesto. | Pere Bota

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«Desde el momento del diagnóstico, sus vidas cambian rápidamente y tienen que adaptarse a ingresos en el hospital, a dejar de ir al cole y a no ver a sus amigos y amigas», así comienza el manifiesto al que ha dado lectura David Bennàssar en Son Espases con motivo del Día Internacional del Cáncer Infantil que se celebra este sábado 15 de febrero.

David, que a sus 16 años enfrenta un cáncer de médula, ha puesto voz a sentimientos «como miedo, angustia, tristeza o rabia» que brotan cuando aparece el cáncer en sus vidas.

Como cada año, la Asociación de Familias de Menores con Cáncer de Baleares, Aspanob, aprovecha la fecha para dar visibilidad a la enfermedad y a las necesidades de pacientes y familiares.

Y en esta edición se ha querido reivindicar la importancia de cuidar tanto la salud física como la salud mental de menores y adolescentes con cáncer y también el apoyo psicológico que requieren sus familias. Porque además del tratamiento médico «necesitan una atención psicológica especializada que les proporcione el acompañamiento y apoyo necesarios para convivir con estas situaciones» prosigue el manifiesto a través del cual se solicita también la implicación de los centros educativos y los compañeros del colegio de los afectados. Porque «enviarles mensajes de ánimo, hablarles, jugar o simplemente compartir momentos pueden marcar una gran diferencia y ayudarles a sonreír».

Teresa Ferrer es psicóloga de Aspanob especializada en oncología y curas paliativas pediátricas. Coordina además a todos los psicólogos pediátricos de la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer y forma parte del grupo de trabajo europeo. Ferrer explica que desarrolla en Son Espases un programa que fomenta la terapia grupal entre adolescentes que pasan por situaciones similares «para que se conozcan, intercambien sus experiencias, se puedan ayudar, para que creen sus propios grupos, que puedan quedar entre ellos y ampliar su vida social», expresa.

La psicóloga reconoce que en un proceso oncológico «cada edad tiene lo suyo pero es verdad que en la adolescencia, que ya dejan de estar con los padres y comienzan a estar más con sus iguales, con amigos o parejas, la enfermedad les obliga a dar marcha atrás. Se sienten mal además de ver sufrir a sus padres, de que tengan que dedicar tanto tiempo y tanta energía para cuidarles».

Explica, además, que en el área de hospitalización cuentan con una sala propia que han bautizado como ‘La Resistencia’, un espacio desde el que se fomenta el encuentro y el intercambio de experiencias entre los adolescentes. «Están en un grupo de edad intermedio, entre la infancia y la edad adulta, con unas características muy particulares y es muy bueno fomentar el encuentro entre ellos», añade.

En este sentido, David «agradece el apoyo psicológico de Teresa» y valora estas terapias grupales a través de las que ha hecho nuevos amigos «nos contamos nuestras cosas y me ayuda a despejar la mente, a recapacitar».

También agradece todo el apoyo de su familia, de su hermano y de su amigo Álex, «gracias a ellos estoy aquí, me han ayudado en momentos en que me he sentido muy mal y me hacen sentir muy feliz».