Respecto a la media de los últimos 10 años se observa una bajada del 8,4 % en Mallorca y descensos importantes del 30,7 % en Menorca y del 28 % en Formentera, mientras que en Eivissa se ha registrado una importante subida del 36,3 %, especialmente por el aumento de los flamencos invernantes.
Los datos generales representan un pequeño incremento respecto al pasado año, que fue muy malo, pero significan una bajada del 10 % respecto a la media de los últimos 10 años.
Por grupos se nota una bajada de casi el 20 % en el número de patos en general y del 24 % en el orden de los gruiformes, sobre todo fotges, especie bioindicadora de la calidad del agua dulce. Por el contrario, se observa un incremento importante en el número de flamencos que pasan el invierno en Baleares, en particular en Eivissa, donde se han batido récords históricos de invernada con 900 ejemplares, cantidad que casi duplica la habitual. Todos estos datos estarían indicando que continúa el proceso de salinización de los principales humedales de las Islas, en detrimento de las aguas dulces.
El censo se hace sobre anátidas, garzas y limícolas, así como otras especies que viven en las zonas húmedas, como algunas rapaces y especies de gaviotas. Por islas, en Mallorca se han visitado 45 zonas, 21 en Menorca y 21 en las Pitiüses. La zona con mayor número de ejemplares ha sido el Parc Natural de s’Albufera de Mallorca, con 7.794 ejemplares de 57 especies, que representan el 35 % de los vistos en todas las Islas. En Mallorca destacan también el Parc Natural des Trenc-Salobrar de Campos, con 2.751 ejemplares, y la Reserva Natural de s'Albufereta, en Pollença, con 1.391. En Menorca ha sido especialmente importante s'Albufera d'es Grau, con 1.017 aves censadas, y en Pitiüses ses Salinas des Codolar, en Eivissa, con 1,374 ejemplares, y s’Estany Pudent de Formentera, con 265.
Las especies con más de 1.500 ejemplares censados han sido, de más a menos, los collverd, los esplugabous, los cullerots, los flamencos, los fuells y las fotges.
Destacan también el número de cetles blanques invernantes, con 34 ejemplares, cuando habitualmente no pasan de uno o dos, y la invernada de especies poco habituales como un ejemplar de bitó, tres de toret o 2 de agró roig, eminentemente estivales. Por el contrario, no ha invernado ni un ejemplar de morató de puput, un pato que a principios de siglo era muy habitual y que en los últimos años es cada vez más escaso.
Los recuentos se han podido realizar gracias a más de 150 voluntarios en Baleares, con la coordinación del GOB en Mallorca, la Societat Ornitològica de Menorca y el Grup d’Estudis de la Naturalesa-GOB en Pitiüses.
El apunte
Un labor realizada en numerosos países desde hace más de 50 años
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