Julián Gallardo con su Ford Fiesta.

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Julián Gallardo es el propietario de este Ford Fiesta MK1 de 1979, aunque en la documentación figura como un Ford Fiesta Guía 1.000. El coche lo compró en junio de 2015 de tercera mano. El vehículo llegó desde Málaga para ser restaurado. Su segundo dueño lo restauró a su gusto para hacer rallies de regularidad. Al final cayó en las manos de Gallardo y este le dio una nueva vuelta de tuerca para dejarlo como a él le gusta.

El coche era de color dorado originalmente que se repintó de blanco, colocándole los pasos de rueda y alerón de los Fiesta Supersport. Las llantas son del Ford Capri, también se preparó el motor trabajando la culata, dotándole de un árbol de levas de mayor cruce y una fantástica carburación de Ford RS de la época, muy difícil de encontrar hoy en día, ya que se fabricaron muy pocas unidades en Europa. Se trata de un kit de Ford compuesto por dos carburadores Weber verticales de 36 m y sus correspondientes cajas de admisión firmadas por Ford RS.

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En cuanto a su interior, se modificó el salpicadero dotándole de la instalación necesaria para hacer uso de un terratrip, instrumento indispensable para las pruebas de regularidad; se le añadieron relojes adicionales, interruptores de faros, puesta en marcha por botón y un volante de Ford RS. En fin, se le hizo un buen lavado de cara por dentro y por fuera para dejarlo como se encuentra en la actualidad.

Por lo que respecta a Gallardo, es un gran amante de los coches, durante la década de los 90 fue copiloto de rallies y piloto en el campeonato de montaña que se disputaba en la Isla. De ahí su pasión por los coches. Ahora tiene tres Renault, dos 11 y un 8, con los primeros ha participado en competiciones durante su etapa de piloto. No es mecánico de profesión, pero le gusta la mecánica y por eso siempre que puede realiza con sus propias manos los trabajos de mejora en los coches que tiene.

En concreto, en la restauración de este coche ha realizado muchos de los trabajos que había que hacerle, porque es una tarea que le divierte y al final se ahorra un buen dinero. En cuanto a su pequeña colección, empezó con la marca Renault, pero le surgió la oportunidad de este Ford y decidió aprovecharla.

En cuanto a este tipo de coches se pusieron de moda en los años 70 como competidores del Renault 5 y el Seat 127, dos modelos que se ajustaban muy bien de precio a los compradores y de consumo en plena crisis del petróleo.