El presidente del Gobierno, José María Aznar, anunció ayer que
próximamente el Ejecutivo hará una valoración sobre la marcha del
proceso de paz y que de ésta dependerá que se tome alguna decisión
en materia de política penitenciaria.
Las palabras de Aznar, que subrayó que el Gobierno está
«absolutamente determinado» a llevar adelante todas las
posibilidades que ofrezca el incipiente proceso de pacificación,
fueron completadas por las del ministro del Interior, Jaime Mayor
Oreja, quien, aunque señaló que el Ejecutivo no modificará su
política penitenciaria, no descartó que se tomen decisiones que,
sin que sean una modificación sustancial, marquen la actuación del
Gobierno.
Aznar insistió en que la política penitenciaria que está
desarrollando el Gobierno «irá acompasada a los avances en el
proceso de paz» y precisó que «sobre eso, el Gobierno, en general,
hará una valoración próximamente».
Para que no quepa la menor duda de que el Ejecutivo no necesita
intermediarios de ningún tipo para acometer el proceso de paz,
Aznar subrayó que la situación del País Vasco «la tienen que
resolver estrictamente los españoles y la resolveremos los
españoles».
Pero la postura de los nacionalistas, especialmente de HB, y el
Gobierno en este tema siguen chocando. El portavoz de la Mesa
Nacional de HB, Arnaldo Otegi, subrayó que el acercamiento de
presos es un factor «que humanizaría el conflicto y que
fortalecería una dinámica de construcción de un escenario nuevo en
Euskal Herria». Destacó que ese gesto no tendría nada que ver «con
un modelo de negociación política que en el futuro se pueda
plantear entre la izquierda independentista, ETA y el
Gobierno».
A las críticas de Otegi se sumó el portavoz del PNV, Iñaki
Anasagasti, para quien la actitud del Ejecutivo respecto al
traslado de presos está «dejando pudrir la situación»
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