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La comunidad internacional advirtió ayer a los líderes bosnios presentes en la Conferencia para la Aplicación del Plan de Paz para Bosnia-Herzegovina que su presencia allí no es indefinida y que, por tanto, deberá seguir sola.

Así lo resumió el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, quien preside los debates de esta reunión a la que asisten más de 50 países, fijada para examinar el cumplimiento de los acuerdos de paz alcanzados en Dayton (EE UU) hace tres años, al término de la guerra.

Tras la inauguración a cargo del presidente del Gobierno, José María Aznar, "que pidió a los líderes bosnios coraje para asumir su responsabilidad" y la apertura del alto representante de la comunidad internacional para Bosnia, el español Carlos Westendorp, comenzaron las sesiones de trabajo.

Westendorp abogó por impulsar el retorno de los refugiados y desplazados y por el establecimiento de las condiciones necesarias para hacer viable estos planes, tarea que, dijo, «requiere de un esfuerzo colectivo de proporciones hercúleas».

Matutes dijo que en las primeras intervenciones se constataron los avances logrados en el país desde el fin de las hostilidades, con un Estado que se dirige hacia su pleno funcionamiento y soberanía, pero en el que la paz es aún frágil y que «no sobreviviría sin la presencia de las tropas» de la OTAN.

En este contexto, el ministro dijo que el vicesecretario de Estado estadounidense, Strobe Talbott, advirtió de la necesidad de que los países participantes logren las condiciones que les permitan salir del país, posición también expresada por el ministro ruso, Igor Ivanov, quien subrayó la necesidad de que Bosnia asuma gradualmente su responsabilidad.