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El portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Socialista, Luis Martínez Noval, acusó ayer en el Pleno del Congreso al presidente del Gobierno, José María Aznar, de cometer delito de prevaricación por la concesión de una ayuda de 198 millones a la empresa textil Torcidos Ibéricos acogiéndose al Plan de Reactivación de Cuencas Mineras.

Aznar replicó que no es «razonable» que el jefe del Ejecutivo tenga que conocer la «literalidad» de los expedientes de las subvenciones, y subrayó que, en cualquier caso, la Administración actúa en todos los asuntos que le conciernen ajustándose a los principios de legalidad.

El diputado socialista vinculó el caso de Torcidos Ibéricos, empresa que se acogió al Plan de Reactivación de Cuencas Mineras aunque no se encuentre en una población minera, con el «trato de favor» que a su juicio está dando el Gobierno «a sus amigos», colocándoles al frente de las principales empresas públicas que se privatizan.

La respuesta de Aznar fue clara: la Administración actúa en todos los asuntos que le conciernen ajustándose a los principios de legalidad. Señaló que no es razonable pretender que el presidente del Gobierno «se conozca la literalidad de 2.500 expedientes de Industria de un servicio del Ministerio, como no parece muy razonable que se conozca la literalidad de los expedientes de tantas subvenciones como puede haber decenas de miles de la Administración española».

A renglón seguido, subrayó que en el caso de Torcidos Ibéricos, tiene «la convicción» de que los servicios de Industria actuaron «ajustándose a las reglas y al principio de legalidad». «Si en algún expediente de los muchos que tramita la Administración surgiese alguna irregularidad de cualquier cosa, naturalmente, el Gobierno la corregiría», agregó.