El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, justificó ayer la
carga policial llevada a cabo el pasado 14 de enero contra un grupo
de estudiantes que se manifestaban en la Universidad Autónoma de
Barcelona (UAB) en contra de la presencia del presidente del
Gobierno, José María Aznar, en que ésta se produjo por la violencia
que demostraron un grupo de ellos.
Mayor, que compareció a petición propia a raíz de las numerosas
críticas suscitadas por la carga policial, en la que resultaron
heridos nueve estudiantes, un profesor, dos empleados y cinco
policías, calificó los incidentes de «graves».
Explicó que el dispositivo policial tenía como objetivo
garantizar el libre acceso del presidente del Gobierno y no evitar
los gritos contra su persona, ya que, aclaró, estos se produjeron
cuando Aznar accedió al edificio de Microelectrónica de la
Universidad de Bellaterra por el segundo itinerario previsto.
Mayor Oreja explicó que no se puede calificar de violentos a
todos los estudiantes, pero sí a algunos. De hecho, aclaró que la
provocación comenzó por unos 100 manifestantes violentos que iban
encapuchados o con la cara tapada y que empezaron a tirar objetos
contundentes a los efectivos policiales.
El titular de Interior explicó que los funcionarios policiales
en ningún momento esperaban esto porque no llevaban ni cascos, ni
escudos, y ante los ataques que sufrieron tuvieron que proveerse
del material defensivo.
Ante el desenlace de los hechos, el ministro reconoció la «falta
de previsión» de la Policía. Añadió que probablemente «la dotación
de la Unidad de Intervención Policial no fuera la correcta», sino
que se demostró «insuficiente» para hacer frente al nutrido grupo
de manifestantes.
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