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El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, aseguró ayer, en relación con el texto aprobado en el Parlamento Vasco por los partidos firmantes del acuerdo de Estella sobre condena de la violencia, que la resolución «produce una seria decepción» porque «se están frustrando las esperanzas de la inmensa mayoría de la sociedad vasca y española en el sentido de avanzar seriamente hacia la paz y la aceptación de las reglas de juego democrático».

El ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, aseguró que el documento consensuado por PNV,EA y EH «ratifica el comunicado de ETA» en el que la banda anunció la tregua, y por lo tanto «no supone avance alguno».

El portavoz parlamentario del PSE, Fernando Buesa, manifestó que no se debe ser «complaciente» con los que apoyan la violencia, sino «exigentes» para que desaparezca «sin condiciones e indefinidamente». Acusó a PNV y EA de guiarse, únicamente, por la solución a un problema de «fragilidad de su mayoría». «No les importa lo que pensemos o padezcamos por esta violencia, sólo les importa hacer viable la unidad de acción nacionalista», agregó.

Por su parte, el portavoz del PNV, Joseba Egibar, aseguró que la iniciativa es una apuesta por las vías políticas y democráticas y apuntó que el objetivo es «hacer un texto que nos lleve hacia la paz, a través del diálogo en el que están de sobra las actitudes de violencia».