Madrid25/02/99 0:00
La cesión de las instalaciones del Gobierno vasco a la autodenominada Asamblea Kurda en el exilio volvió a provocar ayer un cruce de acusaciones entre el Ejecutivo y la oposición en la sesión de control al Gobierno. El diputado de IU, Felipe Alcaraz, acusó al presidente, José María Aznar, de «satanizar» a dicha asamblea al decir que la mayoría de sus miembros, pertenecientes al Partido de los Trabajadores del Turkistán (PKK), amparan actos terroristas y Aznar, por su parte, lanzó un doble mensaje tanto al PKK como a EH, recordando que el Ejecutivo exige «una condena sin paliativos a los actos y acciones terroristas, aquí y allí».
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