El cruce de acusaciones de corrupción que se disputan los populares
y socialistas encontró ayer una nueva respuesta por parte del
vicepresidente del Gobierno Francisco Alvarez Cascos, que criticó
al Partido Socialista de propalar «ocurrencias frívolas y
artificiales» sobre los supuestos casos de corrupción dentro su
partido.
Según Àlvarez Cascos, estas acusaciones van a producir la
«carcajada nacional».
Para el vicepresidente del Gobierno, presentarse un día ante los
medios de comunicación y decir una «ocurrencia», no puede
entenderse como acusaciones de corrupción. «Si quieren seguir por
ese camino para divertir a la parroquia son muy libres de hacerlo»,
advirtió Àlvarez Cascos, al tiempo que agregó que «no van a
despertar la preocupación al Gobierno» pues hasta en «las sesiones
de control de los miércoles, el PSOE tira piedras sobre su propio
tejado».
El portavoz del Partido Popular, Rafael Hernando, tachó de
«demagogo charlatán» al candidato socialista a la Presidencia del
Gobierno, Josep Borrell, quien reiteró las denuncias de supuestas
corrupciones del Partido Popular y del Gobierno de José María
Aznar. Para Hernando, Borrell «no dice más que insensateces y
acusaciones sin pruebas» y su «mente calenturienta» le hace
aparecer «como una mezcla de inquisidor Torquemada y del fiscal
Starr».
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