La posibilidad de que ETA pueda terminar con la «Kale Borroka» es
la principal especulación que se baraja los últimos días. Pero la
violencia callejera volvió a hacer mella en la madrugada de ayer en
el País Vasco.
En esta ocasión, los cócteles molotov se lanzaron en los
respectivos domicilios de un concejal de Unión del Pueblo Navarro
(UPN) en Villava (Pamplona), José Luis Ruiz, y de un miembro del
PSE-EE, Estanislao Amutxastegi en Andoain (Guipúzcoa). En el caso
de José Luis Ruiz, cuatro cócteles molotov fueron arrojados sobre
la cinco de la madrugada por desconocidos contra su vivienda.
Ninguno de los artefactos llegó a explotar, por lo que no se
produjeron daños salvo la rotura de lunas, de la persiana y el
cristal de la ventana del salón al penetrar uno de los cócteles en
el interior de la casa.
También alrededor de las cinco de la madrugada varios
desconocidos atacaron con cócteles molotov el domicilio particular
del socialista Estanislao Amutxastegi, en la localidad guipuzcoana
de Andoain, lanzando posteriormente otro artefacto incendiario
contra su vehículo particular, que quedó totalmente calcinado.
Las reacciones a estos ataque no se han hecho esperar. Así, el
alcalde de la localidad navarra de Villava, el regionalista Alfonso
Úcar, aseguró que «el UPN no se va a amedrentar» ante los actos de
violencia que sufre el municipio y animó a los concejales a «luchar
con la libertad y los ideales». Además, sobre la posibilidad de un
próximo anuncio de ETA que pueda terminar con la violencia
callejera, dijo «¿Qué tregua? Esto es una locura».
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