El primer y único contacto entre representantes del Gobierno y de
ETA y el acercamiento de 105 presos de la organización a cárceles
cercanas a Euskadi fueron dos de los hechos más destacados durante
el primer año de la tregua declarada por la banda, que se cumple
hoy.
Un año que valorado, en líneas generales, de forma satisfactoria
por el Gobierno y los partidos. El ministro de Interior, Jaime
Mayor Oreja, aseguró que la realidad demuestra que además de la
decisión del cese indefinido de la violencia hay un proyecto trampa
que se llama ofensiva nacionalista y que, a su juicio, «es la más
intensa desde que empezó el nacionalismo en el País Vasco».
Desde el Gobierno, Josep Piqué, reiteró la «disposición
absoluta» del Ejecutivo a retomar los contactos con la dirección de
ETA y, tras afirmar que por su parte «no hay ninguna puerta
cerrada», indicó que es al mundo de los violentos al que
corresponde «mover ficha». Piqué explicó que el Ejecutivo está
dispuesto a hablar del abandono de las armas «con quien debe hablar
de eso, que es con ETA».
El portavoz de Justicia e Interior del PSOE, Juan Alberto
Belloch, hizo un balance positivo del primer aniversario de la
tregua de ETA, tanto porque se ha pasado un año sin atentados
mortales como porque se ha demostrado que el Pacto de Estella es
«una ruina». Belloch no olvidó que en este tiempo han continuado
las violaciones de derechos individuales, pero destacó la ausencia
de muertes y, ante todo, que el nacionalismo, a través del Pacto de
Estella, no ha obtenido contrapartidas políticas por el cese de la
violencia.
El coordinador general de Izquierda Unida/Ezker Batua, Javier
Madrazo, manifestó que los partidos políticos «no hemos estado a la
altura de lo que demandaba la sociedad» en torno a la tregua de
ETA.
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