El ex presidente del Gobierno Felipe González aseguró ayer que no
está preocupado por la posibilidad de ser imputado en el 'caso
Oñaederra' del GAL y destacó que el portavoz del PP, Luis de
Grandes, le formuló «amenazas veladas» sobre este tema el pasado 18
de octubre. González dijo que la única referencia que tiene de este
tema es «una declaración política amenazante» de parte del PP y
aseguró que esta formación actúa con un «nerviosismo
incomprensible» de cara a las próximas elecciones ante su
preocupación por el «pelotazo» que han organizado con su política
de privatizaciones.
El ex presidente evitó valorar de forma directa la decisión del
juez Garzón y se remitió a las «amenazas veladas» que en el mismo
sentido le formuló Luis de Grandes. «A lo mejor él ya sabía algo»,
apuntó. En esta línea, aseguró que «no logra estar preocupado» por
la decisión de Garzón y señaló que la declaración política del
portavoz popular «sin duda tiene que ver con la proximidad de las
elecciones».
«Nada es gratuito», añadió para subrayar que al PP «le preocupa
que se sepa hasta qué punto el proceso de privatizaciones tiene un
sentido radicalmente contrario a lo que debería ser y a lo que
nosotros estábamos haciendo».
En este sentido, insistió en su denuncia de que «hay que sumar
muchos asuntos de corrupción de los últimos 40 años para
compararlos con el pelotazo que han organizado» los populares con
su política de privatizaciones.
González también quiso dejar claro que «no voy a cambiar de
actitud, voy a seguir haciendo lo que tengo que hacer», y explicó
que esta situación le recuerda a «la vieja derecha de siempre, que
amenazaba y cumplía la amenaza». «Y yo siempre me he tomado en
serio las amenazas de la derecha».
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