Tras 27 años como prelado, monseñor Setién presentó su dimisión
para «asegurar el mayor bien de la Diócesis desde una más amplia
perspectiva de futuro». A este motivo, el obispo añadió el «real
deterioro» de su salud personal. En una comunicación dirigida a sus
fieles, Setién asegura que su renuncia «ha sido motivada por una
decisión estrictamente personal», que fue comunicada al Papa
oficialmente y por escrito el pasado 9 de diciembre.
Su sucesor será Juan María Uriarte, actual obispo de Zamora, que
fue nombrado ayer por el Papa obispo de la Diócesis de San
Sebastián, tras aceptar el Pontífice la renuncia de Setién. Uriarte
fue el elegido por el Gobierno como mediador con ETA y participó en
la reunión que el Ejecutivo de Aznar mantuvo con ETA en mayo de
1999.
Uriarte no realizó ningún comentario de esta reunión ni de la
situación en el País Vasco hasta después de la ruptura de la
tregua. En ese momento aseguró que había notado «maximalismos e
impaciencias» por un lado e «inflexibilidades» por el otro. Uriarte
no dudó «ni un minuto» en aceptar el cargo, ya que, según aseguró,
concibe su labor de obispo como «una misión de plena disponibilidad
al servicio de la Iglesia». «No estoy acoquinado por el miedo»,
añadió. Para el nuevo obispo de San Sebastián, el diálogo entre
sensibilidades y opciones diferentes «no sólo es un cauce humano
para la paz, sino una exigencia derivada del Evangelio». «Ahí, en
ese nivel queda hoy mi reflexión», señaló. «He de hacer todo lo
posible para que los creyentes comprendan que es postulado de su fe
el respeto a esta pluralidad y que los medios utilizados para
defender los proyectos deben ser siempre pacíficos y no violentos y
respetuosos de los derechos de las personas y de los grupos».
Las reacciones políticas ante el cambio de obispo en la Diócesis
de San Sebastián no se hicieron esperar. Mientras que PP y PSOE
mostraron su deseo de que el nuevo obispo, Uriarte, se dedique a
practicar «el camino de la fe y no el de la política» como, opinan,
hizo su antecesor, PNV y EA destacaron el servicio que a la
sociedad vasca ha prestado Setién y esperaron que el nuevo obispo
sea «mejor tratado». Entretanto, IU confió que no haya habido
ningún tipo de presión por parte del Gobierno en la renuncia de
Setién.
«Absoluto respeto» fue la expresión utilizada por el Gobierno
para calificar «la decisión que ha tomado la Iglesia» en relación
al relevo de Setién. El mismo argumento utilizó el presidente del
PP vasco, Carlos Iturgaiz, quien expresó su esperanza de que el
nuevo obispo de San Sebastián lleve a la sociedad por el «camino de
la fe y no por el de la política», tal como, en su opinión, hizo
Setién.
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