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El secretario general del PSOE y candidato a la Presidencia del Gobierno, Joaquín Almunia, aseguró ayer que está dispuesto a integrar a catalanes y vascos en el Gobierno de España si el próximo 12 de marzo gana las elecciones. En un acto multitudinario ante más de 3.000 simpatizantes, celebrado en el Palacio de Congresos de Madrid, el PSOE arrancó oficialmente la pre-campaña.

En un repaso a los cuatro años de legislatura de Aznar criticó que el sistema de financiación haya «saltado por los aires», que se pague un IRPF diferente en función de la comunidad autónoma y que las autonomías administradas por el Insalud dispongan de menos recursos sanitarios.

Criticó que la idea de España esté ahora «más cuestionada que nunca desde el comienzo de la transición». Frente a ello, el aspirante socialista a La Moncloa manifestó su deseo de «acabar con este barullo y despedazamiento» de España. «Los españoles deben saber que Cataluña y el País Vasco no son para mí ninguna moneda de cambio» enfatizó, para expresar a renglón seguido su deseo de integrarlos en su Gobierno si gana las próximas elecciones. «Estoy dispuesto a integrar a los nacionalismos democráticos en el gobierno de España, pero no a desintegrar España con tal de gobernarla, que es algo muy distinto», aventuró el máximo dirigente socialista.

Almunia volvió al camino de la comparación señalando que, frente al PP, su partido «nunca promoverá frentes españolistas, ni cederá lo que no se puede ceder», como hizo hace cuatro años Aznar, que empezó la legislatura «dándose la vuelta como un calcetín», pasando «del más rancio españolismo» y el «pecho imperial» a la «concesión más vergonzante» a los nacionalistas vascos y catalanes con el fin de gobernar.