Según el lehendakari vasco, Juan José Ibarretxe, este
fundamentalismo se hace más patente aún cuando se «catalogan las
ideas políticas de los demás», porque, además, «no se suele hacer
con respeto».
«Resulta muy conveniente que alguien destaque, en este caso
desde la cultura y desde la ciencia, la riqueza que aporta la
diversidad, porque es una invitación al diálogo y la comprensión»,
recalcó.
Manifestó que la sociedad vasca en general, el Gobierno que
preside y él mismo, en particular, «creemos en el pacto y de hecho
lo estamos practicando todos los días».
En este sentido dijo que «hemos tenido muy claro que nuestro
papel es, por una parte, acompañar a un mundo a cambiar de
espacio», en referencia implícita a EH o HB, «con el que por
ejemplo hemos aprobado los presupuestos de la comunidad autónoma
para el año 2000, pero debemos hacerlo sin perder contacto con
todos aquellos con los que hemos venido trabajando en los últimos
veinte años».
Recordó que «ayer mismo (por el martes) tuvimos la oportunidad
de firmar un acuerdo importante en este sentido sobre el Concierto
económico con el Gobierno español», porque, insistió, «hablar y
negociar es la única manera de resolver las cosas, que afectan al
Concierto y también la única manera de resolver los aspectos
relativos a nuestra convivencia, la única manera, por tanto, de
conseguir la paz». El Gobierno vasco no entiende que los Ejecutivos
autónomo y central sean capaces de llegar a acuerdos en materia
fiscal y no sobre pacificación. Así lo subrayó el portavoz del
Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, para quien el pacto fiscal demuestra
que se puede llegar a acuerdos en torno a la paz si hay voluntad
para ello.
En este sentido, Imaz señaló que «es posible, deseable y debe
ser alcanzable» un gran acuerdo en materia de pacificación, aunque
éste no se puede circunscribir a los dos Gobiernos, sino que
también tienen que participar todas las formaciones políticas que
tengan una fuerza relativa en la sociedad vasca.
Por ello, insistió en la necesidad de que «nadie que esté
presente en la sociedad con una fuerza relativa, quede excluido»,
ya que «ninguna solución de pacificación puede ser ajena a esta
realidad plural de la sociedad vasca».
De otra parte, el presidente del Congreso, Federico Trillo,
admitió la posibilidad de reformar la Constitución, aunque alertó
de los riesgos de cambios que afecten al núcleo duro de este texto
y advirtió al PNV de que un referéndum sobre la autodeterminación
debería ser votado por todo el pueblo español.
«Son las reglas del juego que el PNV acepta para venir al
Congreso o para gobernar en el País Vasco», manifestó Trillo en
declaraciones a Onda Cero, según un comunicado de esta emisora.
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