La operación desarrollada en las últimas horas por la Policía
Nacional contra el aparato internacional de ETA, con el resultado
de ocho detenidos hasta el momento, suscitó ayer valoraciones de
diverso signo por parte de dirigentes políticos. Así, el presidente
del PNV, Xabier Arzalluz, cuestionó en Bilbao, en un acto de la
Fundación Sabino Arana, el momento elegido para el operativo
policial y apostilló que «lo que llama la atención es que, siendo
algo tan antiguo, no haya podido esperar mes y medio», afirmación
que no precisó pero que presuntamente guarda relación con la fecha
de las elecciones.
También en la capital vizcaína la magistrada Margarita Robles,
de la Audiencia Nacional, indicó que «las resoluciones judiciales
hay que respetarlas siempre, aunque no se compartan». Quien fuera
Secretaria de Estado de Interior en la etapa socialista comentó que
«únicamente podría hacerse la pregunta de por qué estas detenciones
se practican ahora, cuando efectivamente se hacen con base a unas
diligencias que llevaban más de un año y medio abiertas». En la
localidad alavesa de Espejo el presidente en el País Vasco de esta
formación política, Carlos Iturgaiz, criticó al PNV por su reacción
tras las detenciones de miembros de HB y de las Gestoras
pro-Amnistía.
Sobre las detenciones consideró «triste» que «el PNV siempre
disculpe a los cómplices de los asesinos, siempre disculpe a sus
socios de HB y, en cambio, coloque permanentemente su artillería
pesada contra las actuaciones judiciales y policiales de un Estado
de Derecho y un Estado democrático». En Vitoria, donde mantuvo una
reunión con la dirección de su partido en Alava y con los
candidatos a las próximas elecciones, el secretario general del
PSE-EE, Nicolás Redondo, manifestó que es «intolerable e
impresentable» que dirigentes del PNV estén «poniendo en duda la
recta voluntad» del Ministerio del Interior y del juez Baltasar
Garzón.
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