El ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, expresó ayer su
«seguridad» de que la publicación del informe médico de Pinochet
«no ha salido» de ese departamento. Matutes recordó que el Gobierno
«siempre» ha estado a favor de dar «publicidad» a este documento
«pero no a través de filtraciones».
El ministro se mostró en contra «de ésta y de las muchas
filtraciones» que se han producido a lo largo del proceso, y
reprochó la actitud de algunos medios de comunicación que «se han
beneficiado de filtraciones anteriores» y, sin embargo, «se rasgan
las vestiduras» cuando no son los destinatarios de ellas. Dijo que
«no dudaba» de las manifestaciones del juez Garzón respecto a que
él no había filtrado el documento, ya que, comentó, «entra dentro
de la lógica». El ministro se negó a hacer «especulaciones» sobre
las «muchas posibilidades» sobre el origen de la filtración, y
agregó que, «por el momento», no tiene «sospechas» de su
procedencia.
Además, en «un tema tan delicado», dijo que no será «tan ligero
como algunos, que quizá sienten demasiado el peso de la campaña
electoral y primero disparan y luego preguntan. Afirmó que el
contenido del texto elaborado por los médicos en Londres es
«concluyente, rotundo y sin fisuras» al pronunciarse sobre la
incapacidad de Pinochet para afrontar un juicio, por lo que «cabe
suponer» que el ministro del Interior británico decidirá «en los
próximos días» sobre la libertad de Pinochet.
Matutes anunció que el canciller chileno, Juan Gabriel Valdés,
ha ofrecido a la Justicia española continuar el proceso contra
Pinochet en Chile.
También el presidente del Gobierno, José María Aznar, aseguró que
está «perfectamente convencido de que el Ministerio de Asuntos
Exteriores ha cumplido con su obligación» en lo que se refiere al
informe médico del ex dictador chileno Augusto Pinochet. Respecto a
las acusaciones del PSOE, señaló para los socialistas «el Gobierno
es culpable de todo siempre, y es culpable de haber solicitado la
extradición de Pinochet, de haber sido contrario a la extradición;
el Gobierno respeta las decisiones del poder judicial y las
decisiones del Gobierno británico».
Pese a las explicaciones de Exteriores, el PSOE insistió en
acusar al Gobierno de haber filtrado los documentos confidenciales
«porque creía que así podría argumentar que el general no puede ser
juzgado en España por su delicado estado mental». Esta fue la
opinión del candidato socialista a la Presidencia del Gobierno,
Joaquín Almunia, quien aseguró que esta es «otra mentira del
Gobierno». En su opinión, el Gobierno ha hecho «todo lo que ha
querido para intentar enviar a Pinochet a Chile sin decirlo
claramente». «Han querido decir una cosa y hacer la contraria y lo
único que querían desde el principio era evitar que Pinochet fuera
juzgado», señaló. El dirigente socialista Alfredo Pérez Rubalcaba
aseguró que su formación tiene claro que la filtración del informe
se hizo desde Exteriores por fax y con la autorización del
Gobierno.
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