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Javier de la Rosa tiene prestada otra fianza de 100 millones en el Juzgado número 1 de Barcelona por el «caso Grand Tibidabo». Javier de la Rosa, para quien el fiscal pide 38 años de cárcel, está acusado en el «caso KIO» de los delitos de apropiación indebida, maquinación para alterar el precio de las cosas y falsedad. En la operación Icsa-Inpacsa, se le achaca haberse apropiado de 7.000 millones de pesetas correspondientes a las plusvalías que se generaron con la venta de las citadas papeleras.

Dos hijos de De la Rosa, Javier y Gabriela, depositaron a las 14.00 horas de ayer en el Juzgado, dos horas antes de que finalizase el plazo dado por la juez Palacios para pagar la fianza, avales bancarios de media docena de entidades, entre ellas, Banca Catalana por valor de 500 millones de pesetas. Algunos de los avales no son indefinidos, sino renovables en el plazo de un año. Javier de la Rosa no disfrutaba de libertad provisional desde hace 16 meses, ya que en octubre de 1998 ingresó en la cárcel barcelonesa de Can Brians por el «caso KIO», en el que está imputado, y desde el pasado 14 de enero pasó a un arresto atenuado, que le impedía salir de su domicilio. Desde ayer tiene libertad de movimientos por el territorio nacional, aunque no podrá salir al extranjero. Además, deberá cumplir las comparecencias periódicas ante el Juzgado o comisaría conforme establezca la juez Palacios. Los hijos de De la Rosa informaron a su padre de la aceptación por el Juzgado de los avales bancarios presentados como fianza, que le otorgan la libertad condicional. Gabriela de la Rosa explicó que, tras recibir la noticia, su padre se había mostrado más tranquilo, y destacó que ahora podrá salir a la calle y ver a sus amigos, ya que desde hace 16 meses «no veía la luz».