Según fuentes próximas al caso, el arresto se produjo el pasado día 1 de madrugada. La mujer llamó al 091 para informarles de que su inquilino había manoseado de manera reiterada a una de sus tres hijas menores de edad. Y no eran meras sospechas, sino que tenía pruebas. Y se las mostró a los agentes.
Su preocupación por el comportamiento del hombre, al que alquiló una habitación en su vivienda hacía aproximadamente un año, se remonta a semanas atrás. Cuando ella trabajaba dejaba a su hijas de 1, 3 y 9 años, a cargo de una cuidadora. Esta le alertó de que el varón se paseaba desnudo por casa delante de las niñas. Se excusaba con que salía un momento a por el cargador al salón, pero el trayecto lo repetía varias veces. Días después una familiar le comentó que la niña le había explicado que el inquilino se había metido de noche en su cama en más de una ocasión y le había sus partes íntimas.
Por todo ello la madre decidió instalar una pequeña cámara en una estantería que tiene su hija en la habitación para comprobar si las sospechas eran ciertas. Y lo eran. El sistema de grabación registró al hombre entrando en el dormitorio de la menor, a la que manoseó en los genitales y al mismo tiempo él se tocaba sus partes íntimas. Todo esto ocurrió horas antes de su arresto.
Los agentes, una vez en el piso, y tras ver las imágenes aportadas por la mujer, pidieron al hombre que saliera de su estancia. Cuando lo hizo le informaron que quedaba detenido acusado de un delito de agresión sexual.
