Varios desconocidos atacaron ayer con cócteles molotov la vivienda
del concejal popular Celestino Urdiales en el vizcaíno municipio de
Santurtzi, sin producir daños personales aunque sí graves destrozos
en la casa. Populares y socialistas condenaron este nuevo «signo de
intolerancia» y lamentaron que el Gobierno vasco siga sin
garantizar la libertad en el País Vasco. El PNV se sumó a la
condena y solicitó a las juventudes nacionalistas cercanas al MLNV
que reflexionen sobre lo que está consiguiendo la 'kale borroka'.
La violencia callejera hizo un día más acto de presencia en el
País Vasco. En esta ocasión el ataque se dirigió a la vivienda del
concejal del PP Celestino Urdiales en Santurtzi (Vizcaya), que ya
ha sido objeto de ataques en otras ocasiones. El sabotaje, que se
produjo a las 04:30 horas, no causó daños personales, aunque sí
provocó destrozos en la parte inferior de una de las persianas y
afectó a un balcón.
El portavoz del PP vasco, Leopoldo Barreda, condenó
«enérgicamente» este nuevo episodio de violencia callejera, que a
su juicio, supone un nuevo «signo de intolerancia y un nuevo ataque
a la pluralidad del País Vasco». Asimismo, pidió al PNV que «rompa
los lazos que mantiene con HB, una coalición que se niega a
condenar estos atentados.
Por su parte, el portavoz parlamentario del PSOE, Luis Martínez
Noval, consideró que estos ataques, no hacen sino unir aún más a
quienes sufren las consecuencias del «chantaje y la extorsión» en
Euskadi, al tiempo que lamentó que el Gobierno vasco siga sin
garantizar «la libertad y la vida» de los ciudadanos que viven en
el País Vasco. «En una democracia hay dos valores fundamentales, la
libertad y la vida, y eso no se está dando en el País Vasco»,
sentenció.
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